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Actualizado: 10 de mayo de 2025
En vano la pobre Carlota le gritaba ruborizada: ¡Niña, niña! ¡Por Dios, no marches! No puedo más repetía huyendo, no puedo más. La carga es superior a mis fuerzas. D.ª Carolina, por estas y otras contrariedades, tenía frecuentes accesos de mal humor; gritaba a sus hijas, las llenaba de improperios; a veces, de esta marejada salpicaba también alguna espuma a Mario.
Era mujeriego y derrochador, y suponíase que la dote de doña Rebeca le había enamorado más que la dama. Aunque al público trascendía la desavenencia de los esposos, nada cierto se supo de sus querellas íntimas, sino que ambos se colmaban de improperios y andaban a medias en el mutuo lanzamiento de trastos a la cabeza.
Acude entonces la madre de Isabel para averiguar la causa de este alboroto; se queja en un chistoso monólogo de los tormentos, que le hacen sufrir los jóvenes enamorados, búrlase de la frivolidad de su hija, que encuentra placer en tales serenatas, y apura sus improperios y sarcasmos contra el cantor, que se disculpa y recomienda, á su conclusión, recitando una estrofa patética.
Doña Rebeca, ante la insolencia provocativa de aquella arrasada, se desató en improperios contra el hijo guapo de su corazón, y pensando con terror en el desquite que Narcisa se iba a tomar a costa de aquel despojo, entonó la salmodia estupenda de sus refranes: Al arca abierta, el justo peca.... Del enemigo, el consejo.... Fíate de la Virgen.... ¡Era toda un puro berrinche la señora de Rucanto!
Por la pinta y el traje me pareces uno de esos ratones de sacristía que engordan en los conventos y no son ni hombre ni mujer. ¡Largo de aquí, antes que te corte las orejas, belitre! ¿Decís que son estas vuestras tierras? preguntó vivamente Roger, desoyendo amenazas é improperios.
Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y espadachín y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y á todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos en solfa. Nada más natural que la decisión que toma Valentín de pinchar al doctor Fausto como quien pincha á una rata.
Mientras tanto, me había sentado a su lado, abandonándome a todas mis lamentaciones, deshaciéndome en improperios contra el destino y contra ella misma; le he recordado el día de mi destierro, la hora funesta de nuestra separación y los juramentos violados por ella; ¡juramentos sellados con tantos besos y lágrimas!
Estaba en la cama, descoyuntado entre mantas y almohadones. Por verme entrar, me llenó de improperios; detúveme dudando junto a la puerta, y esto fue mi fortuna, porque con la última desvergüenza me arrojó la palmatoria, que se estrelló contra el espejo de un lavabo, a media vara de la cola de mi vestido.
El toro cayó instantáneamente, como si lo hubiese tocado un rayo, hiriéndole en el centro nervioso de su vida, y quedó con los cuernos clavados en el suelo y el vientre en alto entre las patas rígidas. Aplaudieron las gentes de la sombra con un entusiasmo de clase, mientras el público del sol prorrumpía en silbidos e improperios. ¡Niño litri!... ¡Aristócrata!
Palabra del Dia
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