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Actualizado: 20 de octubre de 2025
Estaba tan horroroso, que su primo Miguel, compadeciéndole muy de veras, sintió unos deseos atroces de reír; los cuales, como es natural, trató de contener por cuantos medios estuvieron a su alcance, mordiéndose los labios, mirando hacia otro sitio, etc., etc.
Acto cuarto: Los ministros aconsejan al rey que apresure la ejecución de Inés. Esta aparece ante el trono con sus hijos, pide justicia y compasión, y cae en tierra desmayada, después que acaba sus súplicas. El rey vacila, y dice que él se lava las manos de esta muerte, y que la deja al arbitrio de sus ministros. El coro cuenta después la ejecución de su horroroso suplicio.
Salí de allí muy alegre y regocijado. Angelina salió a encontrarme. Doña Carmelita ha tenido un ataque horroroso, ¡como nunca! Hace mucho tiempo que estaba bien: comía con apetito, dormía tranquilamente.... Es cierto que iba perdiendo las fuerzas, pero no tenía esos ataques, esas convulsiones que a mí me asustan.... Corrí al cuarto de la enferma.
Yo respondía con pocas palabras, pero mostrando gran amabilidad y una estudiada modestia, que debía de realzarme mucho. Afectaba hablar de todo menos de la solemnidad que iba a efectuarse, porque los hombres verdaderamente superiores y avezados al aplauso del público miran la exhibición como un acto natural y corriente. En fin, me estaba dando un tono horroroso.
De la misma clase, con tan decidida predilección por lo horroroso y lo cruel, es El Caín de Cataluña, espeluznante relación de un asesinato en forma de drama; sin embargo, este poema dramático comprende una admirable descripción de caracteres, al describir la enemistad de los dos hijos del conde de Barcelona, y el asesinato del más joven, empleando, en parte, las mismas expresiones que se leen en la Biblia al contar la muerte de Abel, no pudiéndose negar tampoco que hay en este drama, á pesar de lo repugnante y antipático que aparece en su conjunto, ciertos momentos aislados interesantes y de patético sublime.
Por todo esto, es tan posible como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se quiebre y se desvanezca en el aire como ténue bola de jabón y de agua.
Cuando le dijeron cómo había vivido seis años; que su mujer le había robado y abandonado; que su hija había desaparecido con el paje Cristóbal Cuero; que vivía de la caridad del duque de Osuna, Montiño fué lentamente desplomándose; cuando, por último, le contaron que nombraba continuamente á Dorotea, un grito horroroso, un rugido terrible salió del pecho del desdichado, y cayó sobre el lecho acometido de un vértigo mortal.
De entre ellos salió una voz que gritó: Queremos tu sangre, perro. No fue preciso más. El Padre Sauri desapareció. No puede describirse su horroroso martirio. De manos de los monstruos pasó a las de unas cuantas harpías que le arrastraron hasta la plazuela de San Millán, mutilando su cadáver en el sangriento camino.
Me veo reducida a pensar en ti con angustia, con tortura, y la conciencia de mi falta me hace palidecer cuando el murmurio del viento trae tu nombre a mis oídos. Entre nosotras se alza un espectro feroz, de miradas ardientes, horroroso y grotesco a la vez, con serpientes entrelazadas en sus cabellos, y que extiende hacia mí sus manos armadas de garras para separarme eternamente de ti.
Tan volada estaba ya la Bringas y tan grande esfuerzo tenía que hacer para contenerse, que halló preferible cualquier catástrofe doméstica al tormento horroroso que padecía. «Me voy pensaba , no puedo aguantar. Prefiero que mi marido me desprecie y me esclavice, a que esta miserable me escupa la cara como me la está escupiendo».
Palabra del Dia
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