United States or Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


24 Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios. 25 Y ahora, he aquí, yo que ninguno de todos vosotros, por quienes he pasado predicando el Reino de Dios, verá más mi rostro.

Después acabé de amurriarme, viendo desde un cuarterón de la solana cómo iban espesando los copos y desapareciendo todos los montes entre las espesas veladuras que bajaban del cielo. ¡Otro temporal en perspectiva y otra encerrona como la pasada! Cuando volvió Facia con el brasero chisporroteando, entró mi tío detrás de ella. Iba a hablar conmigo de la nevada que estaba encima.

393 Y siguiendo el fiel del rumbo se entraron en el desierto, no si los habrán muerto en alguna correría, pero espero que algún día sabré de ellos algo cierto. 394 Y ya con estas noticias mi relación acabé; por ser ciertas las conté, todas la desgracias dichas: es un telar de desdichas cada gaucho que usté ve.

Con todos aquellos preparativos y mandatos, y muy singularmente con lo raso y desamparado de la extensión que había entre el peñasco y nosotros, acabé de amilanarme. ¿No era una barbaridad asaltar a pecho descubierto la guarida de una fiera?

La verdad, sin embargo, es que poco a poco fui dejando de sentirme avergonzado de mi felicidad; y hasta acabé por creer que tenía derechos reales sobre tanta juventud y belleza.

Que, aunque en algunas partes de lo que escribe, antes que acabe la razón que comienza, la mezcla con otras razones, y rompe el hilo comenzando muchas veces con cosas que ingiere, mas ingiérelas tan diestramente y hace con tan buena gracia la mezcla, que ese mismo vicio le acarrea hermosura

Apagué la linterna de mis cavilaciones y, ¡oh sorpresa!, con el último rayo de su luz vi pasar rápidamente por los términos ofuscados de la imaginación, una nueva e inesperada imagen que parecía llevar en la virtud de resolver todas las dificultades del conflicto. Pero... Y acabé por hacerme cruces y echarme a reír. Riéndome estaba aún cuando entró Neluco.

Y disimulando, al verle entrar, su repentino azoramiento, añadió, huyendo del malhadado cordón, cual si fuese en realidad una serpiente: ¡Jesús, hombre, qué torpeza!... Acabe usted y descorra esa cortina...

Viéndome forzado a alimentar el espíritu de todo ello, llegué poco a poco a paladearlo sin repugnancia, y muy pronto acabé por encontrarlo agradable a falta de cosa mejor. Lo mismo me había pasado con los condumios de Facia.

PANTOJA. Fui malo, digo, en una ocasión de mi vida. PANTOJA. No. Cuando yo me envilecí, cuando me encenagué en el pecado, no había usted nacido. ELECTRA. Pero nací... Cierto... ELECTRA. Nací... Por Dios, señor de Pantoja, acabe usted pronto... PANTOJA. Su turbación me indica que debemos apartar los ojos de lo pasado. El presente es para usted muy satisfactorio. ELECTRA. ¿Por qué?