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Actualizado: 8 de julio de 2025
ESPÁRRAGOS. Se procura cortarlos iguales y se colocan todas las puntas hacia arriba, procediendo para su cocción y cierre como en los anteriores. MELOCOTONES. Se pelan y quitan los huesos con cuidado y se ponen en latas o frascos de cristal; se echan dos cucharadas de azúcar fina; se suelda o tapa bien y se cuecen dos horas al baño maría.
Cerraba la tienda y se establecía en el puente, sin cuidarse del mal tiempo, perorando ante un gran grupo, asustando a los pobres hortelanos con sus exageraciones y mentiras, dando noticias que, según él, acababa de remitirle el gobernador por telégrafo y con arreglo a las cuales, antes de dos horas no quedaría en la ciudad piedra sobre piedra y hasta el milagroso San Bernardo iría a parar al mar.
Grosero en sus palabras, brusco de modales, cruel para con los indios de la mita y avaro hasta el extremo de que si en vez de nacer hombre hubiera nacido reloj, por no dar no habría dado ni las horas, tal era su señoría. Y para colmo de desprestigio, el provisor y canónigos del Cuzco lo habían excomulgado solemnemente por ciertos avances contra la autoridad eclesiástica.
La voz sonó un poco burlona. ¡Matarse! Y concluiría seguramente; sería lo que cualquiera de esos vecinos míos... Se pudriría en tres horas, usted y sus deseos. Es cierto; pensó el sepulturero acabarían conmigo. Pero el otro no se había rendido.
»¡Y todo ello porque comían muy despacio, y hablaban mientras comían y mientras descansaban entre servicio y servicio, creyendo las pobrecillas que cuanto más hablaran y más comieran, mejor se acomodaban a mis deseos; y a mí se me figuraba que por comer y por hablar ellas tanto, no corrían las horas lo que debían correr, y correrían indudablemente en cuanto cesaran aquella masticación inacabable y aquella charla insufrible!
En suma, los dos días pasaron como un soplo; D. Jaime se fue a recorrer el distrito con D. Acisclo y Pepe Güeto; y las dos amigas se quedaron como antes, acompañadas sólo, en las horas de la comida y de la tertulia, del P. Enrique y a veces del cura y de D. Anselmo.
Aguilas, de gran mal anunciadoras, Partios, que ya el aguero vuestro entiendo, Ya el efecto, contadas son las horas. Con todo, el sacrificio hacer pretendo Desta inocente victima, guardada Para aplacar el dios del rostro horrendo.
Al día siguiente era el entierro. Todos los albañiles de Madrid proponíanse aprovechar las horas del descanso de mediodía para asistir a él, dándole la significación de una protesta contra las rapiñas de los poderosos. Isidro quiso también acompañar el cadáver hasta el cementerio. Era todo lo que podía hacer por su padrastro.
En Oriente, a horas determinadas, la brisa del mediodía embriaga más poderosamente los sentidos del hombre que el vino de Tinos que se bebe con el nombre de malvasía; el corazón se funde como la cera; la voluntad se distiende, el espíritu se debilita. Si uno se esfuerza en pensar, las ideas se escapan como el agua que se va de entre los dedos.
Este viaje determinó mi casamiento con el caballero Lamartine. Cierto día nos vimos en el capítulo de Salles, en casa de la condesa Lamartine y desde entonces ya nos amamos siempre. Nos detuvimos veinticuatro horas en Mâcón, porque hubo necesidad de que arreglaran el carruaje, uno de cuyos ejes estaba roto y tuvimos ocasión de visitar a toda la familia Lamartine, que nos obsequió en extremo.
Palabra del Dia
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