Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de mayo de 2025


La noble moderación, con que Cervantes se expresó al censurar en Lope lo que á su juicio era censurable, y que testifica elocuentemente en pro de sus hidalgos sentimientos, descuella tanto más cuando se compara con las acerbas críticas, hechas por otros escritores, del poeta de moda.

Ellos fueron virreyes, generales, cardenales y hasta reyes y santos; conquistaron tierras para su patria, laureles para sus sienes y almas para el cielo. En nuestros tiempos tu acción será forzosamente más reducida y simple. Tu vida, pura y retirada, no sólo será ejemplo de verdaderos hidalgos, sino también muda protesta contra estos tiempos corrompidos y vulgares.

Su razón formulaba de nuevo las preguntas elementales que acosaron su niñez. ¿Dónde se redondea el granizo? ¿Quién hace resonar los atambores del trueno? ¿Quién fabrica los vientos? ¿De vienen?... Otras veces oteaba la ciudad. Los hidalgos caserones le hablan un lenguaje de soberbia y de triunfo.

Grande fué por lo tanto la satisfacción de hidalgos y arqueros al notar que el sendero desembocaba en ancho camino y que á poca distancia del cruce se veía una casa intacta, grande y cuadrada, una de cuyas ventanas ostentaba la enorme rama seca que anunciaba un mesón ó paradero. ¡Ya era tiempo, vive Dios! exclamó el barón regocijado.

D. Félix se detuvo repentinamente delante de él y tomándole por la solapa y sacudiéndole le gritó con frenesí: ¿Sabe usted lo que le digo?... ¡Que antes que un hidepu.. de esos ponga un pie en Cerezangos le meto quince balas de plomo en la cabeza! Si algún cetáceo supo alguna vez lo que era el miedo, fué D. Casiano en aquella ocasión. Los hidalgos. Aunque se sentó á la mesa no pudo comer.

¡Válame Dios! -dijo la sobrina-. ¡Que sepa vuestra merced tanto, señor tío, que, si fuese menester en una necesidad, podría subir en un púlpito e irse a predicar por esas calles, y que, con todo esto, en una ceguera tan grande y en una sandez tan conocida, que se a entender que es valiente, siendo viejo, que tiene fuerzas, estando enfermo, y que endereza tuertos, estando por la edad agobiado, y, sobre todo, que es caballero, no lo siendo; porque, aunque lo puedan ser los hidalgos, no lo son los pobres!

Cuando partieron los dos hidalgos, ya se había calmado la efervescencia de la discusión sobre la gracia, y el médico, en voz baja, le recitaba al notario ciertos sonetos satírico-políticos que entonces corrían bajo el nombre de belenes. Celebrábalos el notario, particularmente cuando el médico recalcaba los versos esmaltados de alusiones verdes y picantes.

A la hora de misa, hidalgos venidos de lejos se hacían los distraídos en la puerta de la iglesia para contemplar la mayor celebridad del país, que llegaba envuelta en su manto negro de seda, por debajo del cual asomaba la recamada falda blanca o o rosa. El alférez iba a su lado, con todo el señorío de su rango.

¿Á qué ha ido V. por allí? ¡Si le traerán á usted entusiasmado los divinos ojos de Nicolasa! No conozco á esa Nicolasa. ¿Que no la conoce V.?... ¡Bah!... ¿Quién no conoce á Nicolasa? Es un prodigio de bonita. Muchos hidalgos y ricachos la han pretendido ya. Pues yo no me cuento en ese número. Te repito que no la conozco.

En una aldea que está hasta dos leguas de aquí, donde hay mucha gente principal y muchos hidalgos y ricos, entre muchos amigos y parientes se concertó que con sus hijos, mujeres y hijas, vecinos, amigos y parientes, nos viniésemos a holgar a este sitio, que es uno de los más agradables de todos estos contornos, formando entre todos una nueva y pastoril Arcadia, vistiéndonos las doncellas de zagalas y los mancebos de pastores.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando