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Actualizado: 28 de julio de 2025


La joven compuso su semblante dándole cierto aire de gravedad, y entró en la cámara de la reina, al mismo tiempo que la condesa abría la puerta de la antecámara y desembocaba por la portería de damas. La condesa de Lemos atravesó en paso lento, recibiendo los respetuosos saludos de ujieres y maestresalas, algunas galerías y habitaciones.

Dieron vuelta hacia la otra parte los guardias y el público para cogerle; pero él se escurrió por el borde del arroyo, metió los pies en el agua cuando le faltó el terreno, y buscó un refugio en el agujero negro de la alcantarilla por donde aquella agua blanquecina y nada limpia desembocaba.

Hullin ya no oía a su compañero, porque, habiendo mirado casualmente hacia el valle, acababa de ver un regimiento de infantería que desembocaba en la carretera. Más allá, en la calle, la caballería avanzaba, y cinco o seis oficiales iban delante galopando.

Lo peor de todo es que harán de España mangas y capirotes.... Un golpe de gente que desembocaba en la calle cortó la réplica de Borrén. A la luz del astro nocturno se veía blanquear los instrumentos de metal y los papeles de música.

Juan Díaz de Solís había llegado hasta una inmensa bahía por donde desembocaba en el mar un río muy caudaloso. Luchando allí con ciertos belicosos y fieros salvajes, llamados charrúas, Solís había perdido la vida.

El centro de la fuerza española ocupaba la carretera con la espalda hacia Bailén, de allí poco distante; a la derecha del camino por nuestra parte se alzaban unas pequeñas lomas que a lo lejos subían lentamente hasta confundirse con los primeros estribos de la sierra; a la izquierda también había un cerro; pero éste caía después en la margen del río Guadiel, casi seco en verano, y que desembocaba en el Guadalquivir, cerca de Espelúy.

Y el buen hombre veía los hermosos ojos de su hija llenos de terror; sentía los brazos de Luisa que le rodeaban el cuello. Al pasar frente a la granja de «El Encinar» entró para decir a Catalina Lefèvre que todo marchaba bien y que los campesinos sólo esperaban la señal. Un cuarto de hora después, el señor Juan Claudio desembocaba por el sendero de los acebos frente a su casita.

Salió de su abstracción y á paso lento, siguiendo su paseo, se dirigió hacia la Celle-Saint-Cloud. Fortunato se estremeció. ¿Se habría engañado? ¿Sería capaz Mauricio de tanto disimulo? ¡Qué! ¿iría á casa de la señorita Guichard? ¡No! imposible. Y, sin embargo, tomaba una dirección nada dudosa hacia una plazoleta en la que desembocaba la callejuela donde el joven había sido atropellado.

Allí desembocaba en el Lora un riachuelo. Nuestra pareja abandonó la carretera y emprendió la marcha por la estrecha cañada que este riachuelo seguía. Al pasar por debajo de su casa, la condesa alzó los ojos hacia ella y sacó el pañuelo para enjugar unas lágrimas. Pedro dijo señalándola con el dedo, ahí ya no queda nadie. Siguieron marchando.

Por las anchas aceras de la calle de Alcalá desembocaba también en Recoletos muchedumbre compacta de gente de a pie, destacándose de trecho en trecho grupos de mantillas más o menos bien llevadas, peinetas de teja puestas en cabezas más o menos airosas.

Palabra del Dia

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