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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Lora es una pequeña ciudad de 8,000 habitantes, situada á corta distancia de la via férrea, y que va adquiriendo importancia á virtud del ferrocarril. Mas adelante se atraviesa el Guadalquivir y la via lo costea constantemente hasta muy cerca de Córdoba, de manera que se le tiene siempre á la vista.
La Mezquita-catedral. Curiosidades. De Córdoba a Baylen; Andujar. Eran las siete de la mañana cuando tomábamos el tren del reciente ferrocarril que pone en comunicacion a Córdoba con Sevilla. Por primera vez se iba á ensayar el trayecto comprendido entre la pequeña ciudad de Lora, no muy lejana de Sevilla, y Córdoba.
Desde Sevilla hasta el frente de Palma el ferrocarril toca sucesivamente en la ciudad de Carmona y tres pueblos pequeños, Lora, Guadalabar y Peñaflor, ofreciendo bellos puntos de vista y dejando registrar un inmenso campo de olivares, viñedos y cereales. Pero al pasar por en frente de Palma el paisaje que se admira es hermosísimo.
Y como para nuestro mayordomo los proyectos eran resoluciones, y más tratándose de algo peligroso, dicho y hecho: levantóse velozmente, abrió una de las puertas traseras del palacio y se encaminó sin vacilar á las orillas del Lora. Despojóse inmediatamente del vestido y se zambulló en los cristales opacos del río con estrépito. La noche era despejada, pero sin luna.
Empezó á subir por él lentamente, apoyándose en el quitasol que ya había cerrado. Cuando se sintió incapaz de seguir, buscó con la vista el castaño más grande y frondoso y fuése á sentar debajo de él. Dejó pasear su mirada serena por el hermoso panorama que tenía delante. El Lora, como una cinta de plata bruñida, desarrollábase á sus anchas por la parte llana.
Hablaban de sus verónicas en El Garrobo, de sus navarras de Lora, o de una terrible cogida en El Pedroso, imitando los aires y actitudes de los verdaderos profesionales que a pocos pasos de ellos consolaban su falta de contratas con toda clase de petulancias y mentiras. Cierta vez, la señora Angustias estuvo más de una semana sin saber de su hijo.
Seguimos el arroyo que baja de la montaña á unirse en la Segada con el Lora, caminando siempre entre árboles. Como íbamos formando grupo, apenas pude hablar con ella. Llevaba un vestido azul oscuro; el cabello al desgaire; en el brazo derecho un brazalete de esmeraldas y en el cuello un medallón de las mismas piedras.
La casa solariega de los Estrada distaba nada más que legua y media del palacio de los condes y se hallaba asentada sobre una eminencia de la margen derecha del río Lora. Entre la casa y el palacio, aunque mucho más cerca de éste, encontrábase la pequeña villa de Vegalora.
Lo mismo Laura que yo hemos venido extasiados todo el camino contemplando las hermosas riberas del Lora. ¡Oh! Han llegado ustedes en la mejor estación. Es la época en que se evapora la cortina de nieblas que las ha tapado todo el invierno. Este país con luz sería muy bonito; pero desgraciadamente no la tenemos sino dos ó tres meses al año. El señorito Octavio no dejaba la sonrisa beata.
Asi, aunque el tren era irreprochable en la primera seccion ya en servicio, se redujo, desde Lora hasta Córdoba, á un wagon de tercera clase, en que los empleados de la administracion de la empresa tuvieron la bondad de darnos cabida.
Palabra del Dia
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