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Actualizado: 24 de junio de 2025


El retrato del Rey es acabadísimo. La dama de pálido rostro y encantadora cabellera se aproximó entonces, sostenida la cola del vestido por dos pajecillos, y el heraldo anunció: ¡Su Alteza Real la princesa Flavia! Hízome profunda reverencia y tomando mano la beso. Vacilé un momento. Después la atraje hacia y deposité dos besos en sus mejillas, que coloreó el rubor.

En el beso de la tierra con el cielo, muere el sol... De la tarde el arrebol se desmaya entre las sombras de la noche del guerrero. El silencio de las horas enlutadas ha rasgado los clarines del heraldo de la muerte; hay espectros en las sombras y hay terror en las miradas y vomitan los cañones el derecho del más fuerte.

"At the end of the first act," says the Imparcial, "the applause was frantic." The last word of the play, "resucita," is not only the key note of the drama, but the summing up of Galdós' desires, and the expression of his ambition for his country and his countrymen. The purpose of the play and the spirit of the author are accurately voiced by Lopez Ballesteras, in the Heraldo, January 31, 1901.

No eres, no, delirio vano. ¡Trae el ciclón, después, días de calma! ¡Y ha de emerger, en tiempo no lejano, la gran patria inmortal con nueva alma...! Heraldo de la raza. En turquesa latina ha modelado España el alma filipina con rosas de su carne y oro de su pendón. Por eso, aunque nos vieres malayos por la cara y morena la frente que el indio sol tostara somos siempre españoles en alma y corazón.

Currita ofreció al punto sus servicios; ella era dama de honor desde los tiempos de Isabel II, y al casarse el monarca, dos meses antes, habíase visto obligada la nueva reina a enviarle también su cruz de dama... Martínez meneó la gran cabezota; no era esto precisamente lo que él iba buscando, porque el explorador a que había echado el ojo, para que como heraldo suyo entrase en Palacio, era Jacobo; podía este como Grande de España...

Nada tiene este pueblo de particular que, de contar sea, salvo recordar la bellísima vega en que se asienta, y las aguas termales del Gogon, cuyo manantial se encuentra á las faldas del Sigñion, heraldo del grandioso Mayon, que se alza á su espalda.

Llamó al médico, y al verle entrar en su cuarto túvole por precursor y heraldo de la muerte. Nada sacó en limpio. ¿Era dispepsia, gastralgia, pirosis? ¡Oh, inútil ciencia! ¡Oh, vanidad moderna! Una buena Celestina le hubiese valido más que el mismo Hipócrates.

De donde infería aquel ilustre heraldo del romanticismo, y con frase elocuente declaraba, que la verdad artística no era otra cosa que el conjunto ideal de las principales formas de la naturaleza, una especie de tinta luminosa que comprende sus más vivos colores, una manera de bálsamo, de elixir o de quintaesencia extraída de los jugos mejores de la realidad, una perfecta armonía de sus sonidos más melodiosos.

Como antes de penetrar el señor Colignon le anunció, al modo de heraldo, un resplandor rojizo y canicular, Belarmino se apresuró a esconder el libro y el cuadernito de notas. Oh, monsieur le cordonnier!

Palabra del Dia

rigoleto

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