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Actualizado: 24 de junio de 2025


Octavio tomó la escalera estrecha, sucia y llena de agujeros que conducía al piso primero y último de la casa, y después de atravesar un corto pasillo, hallóse frente á una puerta sobre la cual dió otros dos golpes con la mano, aunque más discretos. ¡Hola! ¿quién anda ahí? preguntó la voz cascada del cura desde adentro. Soy yo, señor cura; tenga la bondad de abrir.

Hallose Francisco de Rivalta, cuando se perdió en las oscuras y revueltas callejuelas don Baltasar de Peralta, a mucha distancia del lugar de la tragedia, y vino sobre , y pensó en lo que le acontecía, y vio que si a la justicia daba parte, y por ello pruebas de haberse hallado en el lance, le prenderían, y prendiéndole le impedirían el tomar venganza y justicia, como el quería tomarla por su mano, de don Baltasar de Peralta; y fuese para su casa, entrando en ella recatadamente, como había salido con mi padre, por un postigo.

Las veredas, que al principio subían, luego empezaron a bajar, enlazándose; y al fin bajaron tanto, que nuestro viajero hallose en un talud, por el cual sólo habría podido descender echándose a rodar. ¡Bonita situación! exclamó sonriendo y buscando en su buen humor lenitivo a la enojosa contrariedad . ¿En dónde estás, querido Golfín? Esto parece un abismo. ¿Ves algo allá abajo?

Esa misma noche, al encender el candil que llevaba consigo, y al ir a acostarse sobre un montón de hojarasca, hacia el fondo de la gruta, hallose con el cuerpo momificado de un viejo anacoreta, que apretaba todavía entre sus manos resecas las cuentas del rosario.

Soltó la pistola, que cayó en la alfombra con ruido mate, y estrechó a la mujer.... Cedió el talle de ésta como una flor tronchada, y hallose con Lucía exánime en los brazos.

Alegrósele, empero, el alma cuando, tan sin traición y tan obligado, dentro se vio de aquel jardín, por el cual, y por alguna comunicación que acaso encontraría fácil, podría llegar hasta las plantas de aquella que tan sin alma le tenía, y sorprenderla tal vez melancólica y pensativa a impulsos del encendido amor en que él anhelaba ardiese; y sin más detenerse, hollando silenciosamente la blanca y menuda arena, que entre flores y plantas formaba calles y laberintos, fue a dar en un corredor cubierto de enredaderas, y como allí hiciese oscuro, prosiguió a tientas, y a poco halló a diestra mano una escalera, al cabo de la cual, y no a mucha altura, dio en un corredor, que le llevó derechamente a una mampara, y abriéndola hallose más a oscuras que antes; pero por la luz que se dejaba ver en unos como resquicios de puerta, yendo a ella abriola recatadamente, y quedose como extasiado y suspenso, que en un rico camarín, sentada, de espaldas a él, delante, de un espejo de Venecia, descubrió a doña Guiomar, que, con el tesoro de sus dorados cabellos se entretenía.

El mismo estremecimiento singular y doloroso que por la tarde le corrió ahora por todo el cuerpo. ¡Cosa extraña! exclamó, tornando á emprender la marcha. Hallóse pronto al lado del puente. Después de vacilar un momento penetró en él.

Bajaron algunos peldaños y la anciana silbó junto a él. Oyose entonces un cerrojo que caía y el rechinar de la puerta. Tenue resplandor embebió el lienzo que llevaba sobre los ojos y un fuerte sahumerio embriagó su sentido. Desceñida la venda por los dedos de la mujer, hallose en árabe estancia con azulejos en las paredes y techo de maderos entrelazados.

Sin habérselo formulado jamás, el mancebo reconocía un emblema de su ánimo en aquellos avechuchos que, aun dormidos sobre la percha, lanzaban, a uno y otro lado, picotazos bravíos, soñando en presas imaginarias. En cierto instante, sintió que le tocaban el hombro, y, al volver la cabeza, hallose con una figura que no se había borrado de su memoria.

Quiso nuestra fortuna que la conversación del Zaide, que así se llamaba, llegó a oídos del mayordomo, y hecha pesquisa, hallóse que la mitad por medio de la cebada, que para las bestias le daban, hurtaba, y salvados, leña, almohazas, mandiles, y las mantas y sábanas de los caballos hacía perdidas, y cuando otra cosa no tenía, las bestias desherraba, y con todo esto acudía a mi madre para criar a mi hermanico.

Palabra del Dia

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