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Actualizado: 27 de mayo de 2025
En el suelo, sobre un colchón flaco, cubierto de pedazos de bayeta amarilla y de jirones de mantas morellanas, yacía la niña enferma, como de seis años, el rostro lívido, los puños cerrados en la boca. «Lo que tiene esta criatura es hambre dijo Benina, que habiéndola tocado en la frente y manos, la encontró fría como el mármol.
Bien manifiestan los españoles la importancia de esta plaza, por el extraordinario cuidado que han tenido en fortificarla, habiéndola hecho mas fuerte que Buenos Aires. La entrada de este puerto es angosta, y en medio de un estrecho formado por dos puntas de tierra.
En esto, vino el señor Tiniente, a quien contaron maravillas de la Gitanilla; él las hizo bailar un poco, y confirmó por verdaderas y bien dadas las alabanzas que a Preciosa habían dado; y poniendo la mano en la faldriquera, hizo señal de querer darle algo; y habiéndola espulgado, y sacudido, y rascado muchas veces, al cabo sacó la mano vacía, y dijo: ¡Por Dios que no tengo blanca!
Quiso, sin embargo, que le retratara Velázquez y éste por vía de estudio pintó primero una cabeza de su esclavo Juan de Pareja, que era de generación mestizo y de color extraño: hízola dice Palomino «tan semejante y con tanta viveza que habiéndola enviado con el mismo Pareja a la censura de algunos amigos, se quedaban mirando el retrato pintado y al original con admiración y asombro, sin saber con quien habían de hablar o quien les había de responder.
En cuanto a las verdaderas cantidades escondidas, el general La Madrid ha sospechado después que la aserción de Quiroga fuese exacta, por cuanto habiendo caído prisionero el descubridor, ofreció 10.000 pesos por su libertad, y no habiéndola obtenido, se quitó la vida degollándose. Estos acontecimientos son demasiado ilustrativos para que me excuse de referirlos.
Luego, habiéndola calzado las rojas chinelas perfumadas con ámbar, levantó delicadamente la camisa de noche y diola un beso en la carne. La niña la contuvo con ambas manos, exhalando melindrosa quejumbre. La misma doncella sacó después de un arcón otra camisa con puntas y vino a ofrecérsela sobre un azafate.
Esta piedra era un jacinto blanco, mas habiéndola tocado despues una muger en estado impuro, se volvió negra. Siendo Mahoma mancebo, el prestigio de su santidad hizo que los Coreixies reservasen para él el honor de colocar esta famosa piedra negra cuando quisieron construir de nuevo la Caaba ó casa de Dios con mayor magnificencia.
Habiéndola hecho confesar Zadig que se quemaba por el que dirán y por mera vanidad, conversó largo rato con ella, de modo que le inspiró algun apego á la vida, y cierta buena voluntad á quien con ella razonaba, ¿Qué hiciérais, le dixo en fin, si no estuviérais poseida de la vanidad de quemaros? Ha, dixo la dama, creo que os brindaria con mi mano.
El sorprendido y cerril amante, que entre las carcajadas de la gente no veía más que con sus celos y al través del ignominioso tinte de su cara, en lugar de echar al garrote la panoja que tenía entre las manos, la arrojó furioso hacia su rival; pero éste tenía la cabeza más dura que la panoja, y habiéndola recibido cerca del occipital, resbalando sobre él el proyectil fué á parar á las narices del forastero, que estaba sentado, un poco más atrás y en la misma dirección.
A las dos de la tarde salio la embarcacion, y me hice á la vela, y volví inmediatamente á varar: tendí dos espias para salir, y habiéndola puesto á las tres en flote, me hice á la vela y volví á varar á las tres y media, á cuyo tiempo volví á la faena de sacarla. A las cinco conseguí poner el bergantin en la canal, y me amarré á pasar la noche. Amaneció claro, y el viento al O recio.
Palabra del Dia
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