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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Si la techada principal, la iglesia y la Biblioteca tienen mil preciosidades, la grande escalera del palacio es un famoso monumento, notablemente por los gigantescos frescos históricos que representan la batalla de San Quintin en Francia y los personajes mas importantes del Escorial, como Cárlos V, Felipe II, etc.
La velocidad de su marcha hacía ver con un engaño óptico que era el Océano el que venía corriendo a su encuentro en gigantescos repliegues que se empujaban unos a otros. Los ojos abarcaban un anfiteatro azul, inmenso, monótono, que borraba la noción de volúmenes y distancias.
La había ceñido de altas torres almenadas y de fuertes y gruesos muros; había edificado, sobre gigantescos sillares, en la cumbre del monte Moria, donde fue el sacrificio de Abraham, el maravilloso y único templo del Dios único, y había coronado las alturas de Sion con inexpugnable ciudadela y con alcázar suntuoso.
Aquí tiene Vd. como al descomponer los versos y ensartarlos unos tras otros, no ha hecho otra cosa que plagiar á los primitivos prosadores, repitiendo sin sospecharlo, uno de los pasos mas gigantescos que haya dado el lenguage universal, cual es la transicion del verso á la prosa.
Ruge la selva; uno tras otro caen los viejos árboles gigantescos y ruedan al fondo de los abismos, y cuando Calendal desciende, ya no queda ni un cedro en la montaña... Después de todo y como premio de tales hazañas, el pescador de anchoas obtiene el amor de Estérelle, y es nombrado cónsul por los habitantes de Cassis. Tal es la historia de Calendal. Pero, ¿qué importa Calendal?
La existencia de este rosal, por una extraña casualidad, se ha conservado en la historia; pero no trataremos de averiguar si fué simplemente un arbusto que quedó de la antigua selva primitiva después que desaparecieron los gigantescos pinos y robles que le prestaron sombra, ó si, como cuenta la tradición, brotó bajo las pisadas de la santa Ana Hutchinson cuando entró en la cárcel.
Había sitios entre las torrenteras, tan profundos y peligrosos, y en los cuales sólo nos guiábamos por los negros y gigantescos esqueletos de los castaños inclinados sobre el abismo, que en ellos nos hubiéramos precipitado y perecido, sin la destreza y el vigor de los sufridos aldeanos de Milly. El peso de su preciosa carga les infundía sin duda confianza y valor.
Orillas de esos lagos que reflejan siempre un Cielo fatídico y huraño cerca de aquellos bosques gigantescos, enfrente de esos negros océanos, al pie de aquellos montes formidables, de esas cavernas en los hondos antros, vense a veces fantasmas silenciosos que pasan a lo lejos sollozando, fúnebres y dolientes... ¡son aquellos amigos que por siempre nos dejaron, caros amigos para siempre idos, fuera del Tiempo y fuera del Espacio!
En cierto paraje del camino donde había tres enormes piedras blanquecinas y carcomidas que parecían huesos de gigantescos animales, el doctor se sentó, y poniendo delante de sí en pie a la Nela, como quien va a pedir cuentas de travesuras graves, tomole ambas manos y seriamente le dijo: ¿Qué ibas a hacer allí? ¿Yo... dónde? Allí. Bien comprendes lo que quiero decirte.
¡Sí, sí! ¡Aquí está el gran misterio!... No hay más que abrir y mirar... Pero yo no puedo mirar; yo, que he hecho dar tales pasos gigantescos a la ciencia, me veo precisado a detenerme delante de esta pequeña barrera... Necesito cruzarme de brazos y aguardar con paciencia que llegue otro a recoger la gloria del descubrimiento... ¿Y para esto he pasado los días y las noches contemplando con el microscopio los cerebros de tanto organismo? ¿Para eso he comprado a peso de oro a los mozos del hospital la masa encefálica de más de un cadáver?...
Palabra del Dia
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