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Actualizado: 18 de junio de 2025


Facundo, porque así lo llamaron largo tiempo los pueblos del interior, el general don Facundo Quiroga, el excelentísimo brigadier general don Juan Facundo Quiroga, todo eso vino después, cuando la sociedad lo recibió en su seno y la victoria lo hubo coronado de laureles; Facundo, pues, era de estatura baja y fornido; sus anchas espaldas sostenían sobre un cuello corto una cabeza bien formada, cubierta de pelo espesísimo, negro y ensortijado.

Su estatura elevada, su cuerpo fornido y la boina que le cubría la cabeza le daban un aspecto completamente vasco. Elena observó con sorpresa que no había envejecido poco ni mucho; ni una cana más; la misma o mayor frescura en la tez; igual marcha decidida y ligera. ¡Qué diferencia con ella, tan flaca, tan estropeada!

A mediados del siglo pasado, en una plaza de Madrid, formando rinconada con un convento, claveteada la puerta, fornido el balconaje y severo el aspecto de la fachada, se alzaba una casa con honores de palacio, a cuyos umbrales dormitaban continuamente media docena de criados y un enjambre de mendigos que, contrastando con la altivez del edificio, ostentaban al sol todo el mugriento repertorio de sus harapos.

Que diga ahora les interrumpió el deán cual fue la cuarta figura que hizo. El artista alzó la frente como quien no se avergüenza y declaró así: Pinté el Trabajo: mozo, vigoroso, inteligente, fornido, con el yunque sobre un montón de libros para expresar que el estudio es la base de la fuerza, y coloqué a sus pies, esperando sus obras, la Paz y la Limosna.

Una mañana el platero tomaba su desayuno, cuando de repente ve entrar al negocio a un pardo grande y fornido, que levantando en alto la vidriera corría hacia la calle. Se echó tras él y consiguió hacerlo detener, pero ya no llevaba la vidriera ni fue posible dar con ella por más pesquisas que se hicieron.

El niño se decidió al fin, y levantóse para mirar un momento, con la paleta en una mano y el tiento en la otra. Había crecido mucho, iba ya a cumplir trece años y prometía ser muy lindo de cara, y de cuerpo esbelto a la vez que fornido. Acercóse al grupo, sonriendo a Lilí, y púsose a mirar, empinándose un poco, por detrás de su madre y al lado mismo de Jacobo.

Aquel cuerpo fornido e incansable; aquellas guedejas estoposas, aquel palo pinto, que en su diestra remedaba un venablo; aquel paraguas azul que, bajo su brazo izquierdo, podía tomarse por un haz de flechas envenenadas; aquella mandíbula saliente; aquel mirar poderoso e imperturbable; aquella faz montuna y atezada... ¡oh! escarbando un poco en todo aquello, no había duda, resultaba el cántabro primitivo.

Uno de los últimos que salieron fue Gaspar Santigós, alias, el Grande o Gasparón, porque era de tremendas fuerzas, muy alto y muy fornido. Hacíanle simpático el semblante apacible, la frente despejada, el mirar franco, y era tan corpulento, que parecía Hércules con blusa.

Andando ya hacia la iglesia, vimos aparecer de pronto, sobre la jiba del pedregal, un hombre alto y fornido, de hermosa cabeza, envuelto entre un chambergo de anchas alas y una barba gris; venía a cuerpo con un chaquetón pardo, y los pantalones, del mismo color, arremangados sobre unos borceguíes de recia suela y muy embarrados.

Apretando su cinturón colorado, el más fornido, el más ágil saltaba de su barquichuelo, y ya encima de aquella mole inmensa, sin preocuparse del riesgo que pudiese correr su vida, lanzando un ¡han! prolongado, hundía el arpón en las carnes del confiado monstruo. Descubrimiento de los tres Océanos.

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