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¿No os ha hablado Dorotea de cierta confitura que ha de ir á la mesa, señalada con un lazo de seda negro y rojo? Montiño se estremeció todo; sus ojos erraron vagos, atónitos, espantados, sin fijarse en ningún objeto.

Esta circunstancia le hizo fijarse todas las tardes, al anochecer, en el famoso crucero de las Cuatro Calles, sitio en que podía recrear su vista sin necesidad de cicerone.

Estaba como asombrada de estar allí; en su mirada boba leíase más estupefacción que dolor, y únicamente al fijarse en la criatura agarrada a su enorme pecho derramaba algunas lágrimas. ¡Señor! ¡Qué vergüenza para la familia! Ya sabía ella que aquel hombre terminaría así. ¡Ojalá no hubiese nacido la niña! El cura de la cárcel intentaba consolarla.

Esos datos, á que aludimos, son ciertas alusiones históricas, que se encuentran en esas composiciones, con arreglo á las cuales puede fijarse á menudo con exactitud la fecha en que se escribieron y representaron, sirviendo también para igual propósito las ediciones más antiguas de las comedias de Calderón, porque si bien no se indica el año de ninguna, contienen preciosas indicaciones para saber esas fechas.

Y por una necesidad de exteriorizar su gran perturbación interior, siguió hablando, sin fijarse en si el príncipe le escuchaba. El encuentro había sido cerca de la estación de Monte-Carlo, junto á la vía férrea. El iba acompañando á dos señoras, una de las cuales le interesaba mucho. Eran franceses.

Y con la tranquila serenidad de los que no tienen por qué ocultar su amor, se besaron ruidosamente, sin fijarse en el asombro de la mujer del ventorrillo que recogió la botella. El cochero, sin aguardar órdenes, arreó los caballos camino de Madrid. Ya tenemos ama murmuraba soltando latigazos a sus bestias . A casa pronto, antes que el señorito se arrepienta.

No menos temor les causan los ruinosos calizos de la Saintonge, disgustándoles fijarse sobre lo que está destinado á desmoronarse el día de mañana. Al contrario, les gusta sentir bajo sus plantas el inmutable suelo de las rocas bretonas. Tomemos ejemplo de ellos para no creer en las apariencias, sino sólo en lo verdadero.

Libre nuestra atención del poderoso atractivo de la Casa de las Conchas y de la Iglesia y Colegio de los Jesuítas, volvió á fijarse en el carácter poético y artístico de aquel histórico barrio. Pero lo que ya nos asombraba en él no era tanto su aire de vejez y de romántica melancolía, como la grandeza monumental que siguió desplegando á nuestros ojos.

Ya le pesará terminaba diciendo . Familia no hay más que una. ¿Dónde va a encontrar la querencia de los que le hemos visto desde pequeño? El se lo pierde. Conmigo iría como el propio... Y se interrumpía, tragándose el nombre famoso por miedo a las burlas de los banderilleros y aficionados que frecuentaban la casa y habían acabado por fijarse en esta adoración histórica del talabartero.

En cuanto a , sentí como si fuera el autor de aquel atentado y temí que lo revelara mi semblante. Pero mis compañeros estaban demasiado ocupados en examinar el desperfecto, para fijarse en mi persona. ¿Cómo ha podido ser esto? ¿Quién pudo llegar hasta aquí y cometer tan audaz sacrilegio? Exclamaban ambos admirados.