Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de junio de 2025
Oíd: el veneno le pondréis en una sola confitura, pero en gran cantidad; por ejemplo, en una pera; cuidaréis que no haya otra; á esa pera la pondréis un lazo rojo y negro. ¡Señora! ¡señora! Estáis demasiado turbado; voy á escribiros lo que debéis envenenar, con la señal que debéis ponerle, para que no podáis equivocaros. Y la joven se puso á escribir con mano segura, pero llorando sobre el papel.
Kotelnikov recibía estas muestras de atención con su modestia habitual. Un día se decidió a hacer una visita a su subjefe; mientras tomaba te con confitura de cerezas, hablaba de las negras y de algo exótico que había en ellas.
¿No os ha hablado Dorotea de cierta confitura que ha de ir á la mesa, señalada con un lazo de seda negro y rojo? Montiño se estremeció todo; sus ojos erraron vagos, atónitos, espantados, sin fijarse en ningún objeto.
Entonces, y con esta seguridad, Montiño se persignó y rezó apresuradamente la confesión general. Después dijo: Hace dos horas envenené una confitura que ha de servir en una merienda. Y apenas pronunciadas estas palabras, Montiño rompió á llorar.
Es el salón de Damas un atractivo más del hermoso edificio donde se reconcentra la animación termal; allí las señoras abonadas al Casino pueden refugiarse, sin temor a invasiones masculinas; allí están en su casa, y son reinas absolutas, tocan el piano, bordan, charlan, y a veces se deslizan hasta el lujo de un sorbete o de alguna confitura o bombón que roen con igual deleite que si fuesen ratoncillos sueltos en un armario de golosinas.
Y sacó un papel ajado y le desenvolvió. ¡Cuidado! ¡cuidado con lo que hacéis! no vaya á caer el tósigo en algún otro plato dijo el bufón dando la confitura al cocinero y apartándole del bufete donde los otros platos estaban servidos . Hacedlo aquí. Ni veo, ni sé lo que me hago dijo el cocinero mirando con terror los polvos rojizos que contenía el papel. Pues ved de ver dijo el bufón.
Que ya la gente del gremio estaba en el secreto de adulterar los confites y engañar al pueblo se ve que no era cosa nueva, pues así se desprende de los capítulos 30 y 31, que dicen: «Item ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado á mezclar la confitura que hiciese con almidón, harina, ni otras misturas, so pena de perdida la dicha colación y de seis mil maravedís por la primera vez, y por la segunda sea privado del dicho oficio de confitero por seis meses y no tenga más tienda, y por la tercera que la justicia ordinaria proceda á hacerle conforme la calidad y gravedad del delito 31.
Esperad, esperad dijo el tío Manolillo ; voy á daros la confitura que debéis adornar con ese lazo; es una pera bergamota, una hermosa pera; tomad. Y desenvolvió de un papel que tomó de sobre una mesa una magnífica pera confitada. Montiño tomó la pera con la misma repugnancia que había tomado el lazo, y fué á adornarla con él.
Hubo un momento en que tembló toda, como á la sensación imprevista de un frío agudo. Estos confites son muy buenos dijo ; probémoslos antes de beber. Y tomó la pera envenenada. Al tomarla miró á don Juan y pasó por sus ojos algo horrible. Toma le dijo, y le mostró la confitura. Don Juan extendió la mano.
Palabra del Dia
Otros Mirando