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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Todo esto viene acaso de mi ignorancia y de que no el sentido exacto de las palabras; pero lo que veo claramente es que las prácticas religiosas no se usan en París y que el domingo se diferencia poco de los demás días de la semana. Mi padre, sin embargo, es tan bueno, que me permite obrar según mi conciencia, con tal que no le moleste en sus costumbres, lo que es, después de todo, muy natural. ¿Lo creerá usted, señor cura? Lo poco que hago por Dios, discretamente y en silencio, lo hago con más fervor y me proporciona más dulzura por lo mismo que tengo que superar más dificultades. Deseo mucho complacer a mi padre y que me quiera. Piense usted que es el único ser en el mundo a quien puedo consagrar mi vida: ¿qué iba yo a hacer de mi corazón si nadie se cuidase de él?... ¿Lo escandalizo a usted, señor cura? Usted piensa que Dios nos pide ese corazón y esa vida, y que esto es bastante para llenarlos. Pero, se lo ruego a usted, no piense eso. Dios es demasiado grande y yo demasiado pequeña, y necesito intermediarios para elevarme hasta

El cual mostraron también en la disciplina larga verdaderamente no poco, pero no tanto que satisfaciese á su fervor, por lo cual costaba mucho el hacerles cesar, pidiendo á gritos misericordia á Nuestro Señor, y repitiendo fervorosísimos actos de contricción y propósitos de no ofender más á su Divina Majestad, principalmente en su innato vicio de la embriaguez, del cual, con el favor de Dios, se han olvidado totalmente, pero donde se conocía más claramente su piedad y el verdadero dolor y arrepentimiento de sus culpas, era en el acto de la confesión sacramental á que se llegaban llorando tan amargamente que me sacaban lágrimas á los ojos y me llenaban de increíble consuelo, dando gracias á la Divina Misericordia que obra en gente de suyo tan bárbara y nueva en la fe tan prodigiosos efectos

Don Martín, el cura, subía también, recatándose para que no le viera el Vara de plata. Era una pequeña comunidad que se agrupaba en torno del apóstol enfermo con el fervor que inspira lo desconocido. Gabriel contestaba a las preguntas de aquellos hombres, reveladoras muchas veces de la simplicidad de su pensamiento. Cuando le acometía la tos, le rodeaban, mostrando en sus rostros la alarma.

Si hubiera yo sido capaz de concebir las más leves ambiciones un poco llevadas con el verdadero valor que ella me infundía, se hubieran desarrollado en mi ánimo con llamaradas de incendio. Quiero verle dichoso me decía. ¡Si usted supiera con qué fervor lo deseo!

Era un rebelde: «los martillos para derribar el templo, dentro del templo se forjaban». Cumplíase la ley fatal de todas las religiones, cuando la fe se desvanece y la gran muchedumbre no siente el fervor de la primera edad.

Para todos la sonrisa, pero para una sola una lágrima, perla rara de los corazones viriles, empañaba el brillo de sus ojos de acero, mientras el joven murmuraba con religioso fervor: ¡Mi tía Liette!

Silas era evidentemente un hermano elegido para un ministerio particular, y bien que los esfuerzos para interpretar su naturaleza fueran desalentados por la ausencia de toda visión espiritual durante su éxtasis exterior, sin embargo, creía como los demás que el resultado se manifestaba en su alma por un aumento de luz y de fervor.

¡Explicaba la formación del Gulf Stream! Nadie lo hubiese creído al ver detrás de sus lentes unos ojos acariciadores y tímidamente amorosos. Ella escuchaba con un fervor de admiradora; pero Miguel, que conocía á las mujeres, creyó adivinar su verdadero pensamiento.

¡Con cuánto fervor exclamaba el pobre padre: «Señor, liberta mi vida, porque es muy largo mi destierro. ¡Yo aguardo, Señor, esa liberación; mi alma te desea de igual modo que la tierra abrasada por la sequía desea la lluvia; del mismo modo que el ciervo sediento busca con ansia el agua de los torrentes, así mi corazón te echa de menos, Señor

Las mujeres gimoteaban al verle, con una ternura compasiva. ¡Pobrecito! ¡Y con qué santo fervor cumplía su penitencia!... Todos recordaban en el barrio su crimen sacrílego. ¡El maldito vino, que vuelve locos a los hombres!

Palabra del Dia

bagani

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