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Que nunca á tu vivir falte ese aliento, Que siempre de tu esposa el blando acento Mitigue tu dolor; Que nunca falten flores á tu almohada, Ni miel en tu colmena perfumada, Ni en el hogar el hijo de tu amor. ¿POR QU

Allá con los mozos no estará de sobra; que te la vean, para que no te falten al respeto. Hay gente mala... ¡eres muy muchacho, y bueno es que sepan que tienes esto para defenderte! Ponte la ropa; vístete de charro; quiero verte, porque mañana no podré venir.... Quise darle gusto, y procedí a mudar de vestido. Andrés me ayudó. Pronto estuve listo.

Pecho contra pecho, sus cabellos ruedan como una onda sobre el cuello de Juan, y su respiración tibia le acaricia el rostro. ¡Adelante, adelante, cada vez más lejos, aunque las fuerzas le falten, hasta el fin del mundo!... Siente palpitaciones violentas, un velo rojizo se extiende delante de sus ojos, le parece que va a caerse y a entregar el alma. ¡No importa!... ¡más lejos, más lejos siempre!

Quando los que aseguran una cosa son hombres de buena fe, aunque una, ú otra vez falten á la verdad, porque no examinaron debidamente el suceso, no han de tratarse como los que son mentirosos, antes por el contrario conviene oir lo que refieren, combinarlo con lo que otros dicen sobre el mismo asunto, ver si han puesto la atencion necesaria para asegurarse de la verdad, atender todas las circunstancias del hecho, y en fin observar la gravedad, ó pequeñez de la cosa que cuentan, y bien exâminadas estas cosas, inclinarse al asenso, ó disenso.

Hay belleza, elegancia y distinción para todas las edades, con tal de que no falten la salud y el aseo. Y como el Barón está saludable y es aseado y pulcro, yo le hallé y le hallo siempre muy agradable persona y además un hermoso viejo.

¡Comed y bebed! les decía la labradora ; esto no se ha acabado aún, y tendréis necesidad de que no os falten las fuerzas. ¡Eh, Frantz! ¡Descuelga ese jamón! Aquí están el pan y los cuchillos. Sentaos, hijos míos. Frantz, con la bayoneta, espetaba los jamones en la chimenea.

Sólo te pido, ahogando mis lamentos, por la misma crueldad con que condenas un débil sér á bárbaros tormentos, que en arrojes dolor á manos llenas, porque nunca me falten pensamientos para cantar tus obras y mis penas. Hija, ¿qué te diria que fuera de mi amor vivo traslado?... Dos palabras no más; oye: ¡hija mía! ¿Es poco?... Al escribirlas he llorado.

Verdad es que son poco fidedignos los datos que hasta ahora tenemos, referentes á la historia y condición de los primeros pobladores de España, para conceder á estas danzas nacionales la remota antigüedad, que le atribuyen la tradición popular y los asertos de los eruditos indígenas, por más que no falten razones sólidas en apoyo de su opinión.

Y no lo es porque en Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas que conozcan tan bien ó mejor que nosotros nuestra historia, nuestra lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses está tan engreída, y no sin razón, si cabe razón en el engreimiento, que casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta ahora, se haya hecho en España más que remedarlos ó permanecer en la barbarie ó corrupción mental en que habíamos ó se supone que habíamos caído.

Vais a pasar por una prueba suprema, Marta, y tiemblo al pensar que os falten las fuerzas necesarias. ¿Qué nuevo dolor me espera? No importa, mi valor no sucumbirá. ¡Fatales ilusiones! suspiró la campesina . Sois tan dichosa en poder saborear el amor de vuestra hija, que lo olvidáis todo y no hacéis más esfuerzo para librarla de su triste esclavitud.