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Cuando en América llevábamos cañones y fusiles á los revolucionarios, no nos preocupaba el uso que pudieran hacer de ellos. Tòni insistió en su negativa. No es lo mismo... No explicarme; pero no es lo mismo. Al cañón le puede contestar otro cañón. El que pega también recibe golpes... Pero ayudar á los submarinos es otra cosa. Atacan ocultos, sin peligro... y á no me gustan las traidorías.

El albéitar reconoció al herido y recetó un bálsamo. Al levantar una de las veces la cabeza y reconocer a sus compañeros de viaje preguntó con semblante risueño: ¡Hola, camarás! ¿están ustedes por aquí? ¿Quieren explicarme por qué han escapado de hace poco, como si fuese del diablo? Los fisiólogos se pusieron colorados. No escapamos balbuceó Sánchez, es que teníamos prisa de llegar al pueblo.

Un poco de curiosidad por ver cómo había cambiado su cara y para explicarme el motivo de haberme enamorado tanto, en aquel tiempo. Ahora tengo casi la impresión de que no fue pasión mía". "Como el médico ha ordenado que me acueste temprano, ellas ahora todas las noches, para obligarme a obedecer, se privan de hacer sobremesa y de quedarse, como antes, levantadas hasta tarde.

No acierto a explicarme cómo aquella señora hallaba placer en vilipendiar a un anciano que, además, ostentaba la respetable investidura de magistrado. Esta era la arista dura e insensible de su carácter. No debe omitirse, a guisa de exculpación, que el don Hermenegildo se lo debía todo a los Somavias, y había hecho su carrera en fuerza de vilezas.

Pero para cumplir una resolución es necesario ser dueño de mismo, y yo no lo era. Parecía... voy a procurar explicarme: parecía que mi alma había quedado fuertemente asida a Amparo, y que cada vuelta de las ruedas de la silla de postas que me conducía, estiraba mi alma, haciéndome sufrir un tormento inexplicable. Llegó un punto en que no pude resistir más.

Añádanse á esto las perplejidades torturantes que en el ánimo del dramaturgo incipiente van sembrando las pequeñas exigencias de los actores y los consejos, impertinentes casi siempre de los amigos. En un entreacto del ensayo, la primera actriz le llama con cierto misterio. ¿Quiere usted explicarme murmura, cómo debo «decir» esta frase?... Yo la he estudiado mucho y «no la siento».

» Ya te lo he dicho antes, Amaury: esa separación la exige tu carrera y yo acato esa exigencia con la abnegación debida. »Yo estaba cada vez más sorprendido, sin acertar a explicarme en modo alguno una serenidad y una sensatez como aquéllas en una niña tan mimada y caprichosa como Magdalena; pero ni interrogándola ni pidiéndole toda suerte de explicaciones, pude lograr esclarecer el misterio.

Desde el siguiente día comenzó Sarto a instruirme en mis regios deberes, a explicarme lo que tenía que saber y hacer, y la primera lección duró tres horas. Almorcé apresuradamente, con Sarto siempre frente a , diciéndome que el Rey bebía vino blanco en el almuerzo y que detestaba los platos picantes.

Tía mía, replicó Herminia con firmeza, el primer golpe no fué asestado por mi marido; usted lo sabe muy bien. ¿Qué quieres decir? Dispénseme usted de explicarme acerca de ese punto; pero sepa que no ignoro nada de lo que ha pasado y que yo no puedo culpar á mi marido. Á estas palabras, que eran una verdadera declaración de guerra, la señorita Guichard se levantó.

Justamente al salir de allí, á las dos de la mañana, Jenny cogió frió y una ronquera que le obligó á suspender la representación y á marchar á Chicago. ¿Marchaste con ella? Puedes figurártelo. Allí nos indemnizamos cumplidamente de los embarazos que nos habías causado. Y ahora, á mi vez, ¿quieres explicarme qué furor te entró de espiar á aquella pobre Jenny como lo hiciste? ¡Bah! ¡Esa es buena!