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Actualizado: 1 de junio de 2025


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Hice todo el camino mascando cigarros, que, en mi turbación, me olvidaba siempre de encender... En cuanto llegué a casa, corrí al espejo. Enciendo todas las bujías, echo el cerrojo, cierro los postigos, me examino por delante, por detrás, y de perfil también, por medio de un espejo de mano.

Imaginó, pues, colocar en la caja unos pedacitos de papel del tamaño de los billetes, y si lograba encontrar papel igual en la calidad de la pasta, de modo que no resultase diferencia al tacto, el engaño era fácil, porque su marido no había de verlos sino con los dedos... Púsose a la obra, y rebuscó y examinó cuanto papel había en la casa.

Fabrice examinó el diseño, le hizo una ligera corrección y, devolviéndoselo: ¡Qué amable ha estado usted con mi hija! le dijo. ¡Admira a usted eso! No, seguramente... pero...

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Don Marcelo se explicó lentamente, contemplando á corta distancia de sus ojos el negro redondel del tubo amenazador. No había visto franco-tiradores. El castillo tenía por únicos habitantes el conserje con su familia, y él, que era el dueño. Miró el oficial al edificio y luego examinó á Desnoyers con visible extrañeza, como si lo encontrase de aspecto demasiado humilde para ser su propietario.

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Algunas extremaban sus declaraciones, atribuyendo al muchacho diez y seis años... quince. Y á este coro de femeniles vociferaciones se unían los gemidos de los pequeños, que contemplaban á su hermano con los ojos agrandados por el terror. El comandante examinó al prisionero mientras escuchaba al suboficial.

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