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Había perdido en Europa gran parte de su fortuna, pues lo que obtiene éxito a un lado del Océano no lo obtiene en el otro, y regresaba, después de catorce años de ausencia, con el propósito de explotar varios negocios estupendos, según él, que aún le quedaban por allá.

El recuerdo del país natal le infundió un candoroso entusiasmo, y allí fue el pintarlo y describirlo con hipérboles graciosas, y un colorido poético que con gran entretenimiento y gozo saborearon las tres mujeres. Incitado por ellas, contó algunos pasajes de su vida, toda llena de estupendos casos, peligrosas empresas y fantásticas aventuras.

Los milagros son hechos estupendos, y su exîstencia es certísima; pero no son tan comunes como piensa el vulgo. La razon es, porque en el milagro se excede el orden de la naturaleza, de suerte, que es una operacion superior á las fuerzas naturales; de que se sigue que el hombre, ó quiere verle para que le crea, ó á lo menos desea asegurarse de él por testigos que no le engañen.

El famoso Gran Canal, teatro de tanto recuerdo, por cuyas serenas ondas han cruzado tantos valientes capitanes, tantos inspirados artistas, tantas hermosas mujeres, tantos arrojados marinos, todo el senado y aristocracia veneciana en sus elegantísimas góndolas: ese celebrado canal, que ha escuchado tantas palabras de amor, tantas serenatas de trovadores, que ha presenciado tantas citas, que ha servido de palenque á la bulliciosa alegría de sus animadísimos carnavales, ese lindísimo canal, que víó cercar sus riberas por ámbos lados de estupendos palacios de mármol, que se víó surcado, sin quejarse, por tantos centenares de lujosísimas góndolas; ese histórico canal, que crecia en magnificencia y hermosura todos los dias á compas de las conquistas venecianas que le adornaban de mármoles y jaspes preciosos; ese canal, digo, contemporáneo de la grandeza de la república, es hoy testigo tambien de su postracion y abatimiento.

El interior es de una esplendidez que arrebata, á pesar de su estado ruinoso. Los estupendos sótanos, de aquel palacio-fortaleza podian contener millares de soldados, de prisioneros y caballos, los víveres, y municiones y armas en grande escala; en fin, toda una fuerte guarnicion ó pequeño ejército, capaz de resistir por largo tiempo el asedio.

Nada mas grandiosamente vago, romántico y solemne que la escena que se ofrece á los ojos del viajero en el centro de Sierra-Morena, en el silencio de la noche y sin luna. La diligencia rueda con estrépito por calzadas construidas á pico á orillas de estupendos precipicios, produciendo en los senos oscuros de las montañas mil ecos diferentes.

Este hecho no ha podido verificarse sino á virtud de estupendos trabajos de mina y nivelación que, extendiendo mucho el área, han permitido emprender nuevas construcciones en inmensa escala. Si hoy es Marsella la primer ciudad marítima de Francia y la tercera en poblacion, todo hace creer que ántes de veinte años quizas tendrá 600,000 almas y figurará como la quinta ó sexta ciudad de Europa.

Y ahora al contrario aunque vino el mismo Hijo de Dios en persona y los convenció infinitas veces con razones, con milagros y con virtudes, de que él era el que habían de esperar: y aunque han visto cumplidas ya, por la mayor parte, sus Profecías, predicada su ley, favorecida de Dios con estupendos milagros, acreditada con la sangre de innumerables Mártires, autorizada con la doctrina de los mayores ingenios que se han conocido: y prevaleciente siempre contra todo el poder y mañas del mundo y del Infierno, sin embargo toda la obstinación del Infierno es, o para que no admitan, o para que dejen la adoración del Hijo de Dios y su ley, que solo puede justificar sus almas.

El maquinista se resistió a dar más presión, la rueda giraba con esfuerzos estupendos... Aquello se ponía feo, muy feo, cuando la voz de Maal que, con el acento desesperado de un oficial de Tristán rindiendo su espada en Salta, gritaba: ¡Cabo!

Cada vez que fijaba en el suelo uno de sus menudos pies, se espantaban las ranas que entre la hierba se hallaban ocultas, y daban estupendos brincos, zambulléndose en el agua estancada. El ruido que hacía el agua, al chapuzar en ella las ranas, era lo único que interrumpía el maravilloso silencio que reinaba en torno.