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Actualizado: 13 de junio de 2025
En el fondo del abismo bramaba el torrente, sacudiendo su parda y espumante melena, colérico y oprimido, contra cada peñasco que le cerraba el paso para procurarle una caída. Y arriba ... un cielo maravillosamente bello, como un lago Leman suspendido en la atmósfera, coronando y arropando las cúpulas de los nevados, que nos parecian los tronos resplandecientes y severos del genio de la Suiza....
Tú ves visiones. Seguíase breve pausa y completo silencio. Una espera trágica. ¡Chist! Ahora, ahora gritaba la anémica palmoteando . ¡Ahora sí que viene! ¡Y con alma! En efecto, oíase un borboteo extraño, después un silbido agudo, y un chorro de agua hirviente, que despedía intolerable olor sulfuroso, se lanzaba, espumante, recto y rápido, hasta la cúpula misma del alto cenador.
Nieves se sobrecogió algo con las primeras arfadas, que llegaron a meter el carel debajo del agua revoltosa y espumante; pero la inalterable serenidad de Leto y aquella su honda y tenaz atención al aparejo, a la caña, a todo el organismo del barco y a su rumbo, y algunas miradas a ella de vivo y cariñoso interés, la tranquilizaron bien pronto, y hasta llegó a encontrar muy divertido aquel incesante cuneo, que la hacía el efecto de un columpio.
El camino, que es carretero, aunque difícil y muy pendiente cuando trepa las montañas, atraviesa el valle, y pasando por delante de tres ó cuatro aldeas rodeadas de bosques y vergeles, casi por el pié de una colina donde se destacan aún las ruinas del castillo de Unspunnen, penetra al estrecho valle del Lutschine, riachuelo que desciende á saltos, atormentado y espumante, por un lecho de grandes rocas y peñascales.
Se vió agitar del mártir la cabeza, Y su ojo frio se volvió á encender, Y desatado el labio á la palabra, Clamó: «Sois hijos de ochocientos diez!» En la llanura de la inmensa Pampa, Do de América el génio, firme estampa Su huella colosal; Do el Pampero con alas de gigante La nube azota y la ola que espumante Alza la tempestad.
A los acordes de éste la gente empezó a reunirse en el corredor donde se hizo una tertulia en que el piano alternaba con la guitarra, mientras Melchor atendía a todos, como dueño de casa, haciendo servir algunas botellas de sidra espumante. Llegó luego la hora de las carreras que debían empezar por la del premio ofrecido por Lorenzo y en la que tomarían parte cinco caballos.
En otras partes, el valle se estrecha: la carretera gira sobre el borde de alguna falda ó barranca que domina las ondas del rio; este salta, se disloca y retuerce espumante sobre su revuelto lecho de pedriscos; los cerros se levantan á uno y otro lado como murallas colosales, ofreciendo las mas románticas formas en sus altas cavernas, sus rugosos relieves, sus enormes grietas verticales; sus derrumbes, sus picos desiguales y severos, sus cascadillas que se lanzan al valle en delgados hilos para convertirse en menudo polvo argentino, sus matorrales ásperos y tristes flotando casi al viento y apénas adheridos á los intersticios de las rocas, y sus franjas superpuestas de un verde sombío, guirnaldas de abetos enhiestos que las nieves respetan en las montañas de los Alpes, dejándoles su eterna majestad.
Y fueron viniendo botellas, aumentándose copas a la ya formidable batería que cada convidado tenía ante sí; anchas y planas, como las de los relieves antiguos, para el espumante Champagne; verdes y angostas, finísimas, para el Rhin; cortas como dedales, sostenidas en breve pie, para el Málaga meridional.
Una de mis piernas estaba enlazada por nudosos bejucos que traté en vano de romper. No se halla uno bastante libre en una agua profunda sobre un fondo viscoso, para desplegar todas sus fuerzas: estaba por otra parte medio ciego por el repulso continuo de la onda espumante. Además sentía que mi situación se hacía equívoca. Arrojé una mirada hacia la ribera.
Pero Choto dio unas cuarenta vueltas en torno de él, soltando de su espumante boca, unos al modo de insultos que después parecían voces cariñosas y después amenazas. Teodoro se detuvo entonces prestando atención al cuadrúpedo. Viendo Choto que se había hecho entender un poco, echó a correr en dirección contraria a la que llevaba Golfin. Este le siguió murmurando: Pues vamos allá.
Palabra del Dia
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