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Actualizado: 5 de junio de 2025
Ya, antes, al trepar al Guadarrama, tumba de hielo en que Felipe II se escondió en vida, cerrando el libro de la epopeya española, había yo meditado largamente..... El Guadarrama, ó sea el Monasterio de El Escorial, cuya triste mole descubrí á lo lejos, es una losa fúnebre colocada sobre nuestro pasado de gloria.
Y cuenta que las trovas de que os hablo, que ella escondió bajo la almohada al verme entrar, se las había prestado, según confesión suya, el mismísimo padre Cristóbal, del Priorato. Es verdad que siempre me dice lo mismo.
Con aire de contrariedad dirigió sus pasos hacia su pupitre, y le dijo en breves y frías palabras, que estaba ocupado y que deseaba estar solo. Levantada, Melisa, tomó la silla abandonada y sentándose a su vez, escondió su cabeza entre las manos. Alzó de nuevo la vista, y ella permanecía aún allí, de pie; le estaba mirando a la cara con expresión contristada y pesarosa. ¿Le has muerto? exclamó.
Dijimos al final del capítulo LV, que cuando Casilda, la doncella de Dorotea, anunció á su señora la llegada del duque de Lerma, la Dorotea escondió á Quevedo en su dormitorio, á fin de que pudiese oír su conversación con el duque de Lerma, y que luego, quitado de en medio cuanto podía parecer extraño al duque, se sentó en el hueco de un balcón, y se puso á estudiar su papel de reina Moraima.
Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos. 38 Para que se cumpliese la palabra que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién creerá a nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, a quién es revelado? 39 Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías: 41 Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló de él.
La mujer mística retiró lentamente su mano y la escondió entre las sábanas. Volvió el rostro, miró á la víctima, y sin inmutarse, dijo con la misma voz helada: "¿Yo?" No se puede resistir tal insolencia afirmó Paz asiendo á Clara por un brazo y apartándolo violentamente de la cama. Si usted no se marcha ahora mismo de aquí, llamo á un alguacil para que le haga entender sus deberes.
15 Gotera continua en tiempo de lluvia, y la mujer rencillosa, son semejantes; 16 el que la escondió, escondió el viento; porque el aceite en su mano derecha clama. 17 Hierro con hierro se aguza; y el hombre le da ánimo a su amigo. 18 El que guarda la higuera, comerá su fruto; y el que guarda a su señor, será honrado.
Una tarde, después de hablar á los marineros y cargadores del puerto, cuando terminado mi discurso tuve que responder á los apretones de manos y los saludos de miles de oyentes, reconocí entre éstos al joven que me escondió en su casa. Tuve que acompañarlo á la taberna, para saludar á su madre y ver la pequeña habitación que me había servido de refugio.
Frígilis olvidó el guante y el gato, y quedó arrobado oyendo el repiqueteo estridente, fresco, alegre del jilguero de sus amores. Petra escondió en el seno de nieve apretada el guante morado del Magistral.
Al ver entre el follaje marchito de los árboles blanquear la casa de Rosa, se sintió aún peor impresionado. Acercose cautelosamente a ella, se escondió detrás de un árbol, y metiendo los dedos en la boca lanzó un silbido agudo y prolongado. A silbar de este modo le había enseñado su amigo Celesto en las correrías nocturnas que hicieran allá en la primavera.
Palabra del Dia
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