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Actualizado: 25 de mayo de 2025


«Muere salvajerugen los bandidos, Y él les contesta: «Moriré peleando; «Si no triunfé en el campo batallando, «Con mi muerte, de todos triunfaré.» Y á Dios encomendando su alma fuerte Traba con todos vigorosa lucha, Y circundando, con tezon relucha, Repitiendo: «Peleando moriré

La loa ó prologo de la Comedia, que otros llaman introito ó faraute, no es parte de la Comedia, sino distinto y apartado, y asi dire aora lo que del se puede dezir. Al principio de cada Comedia sale un personage á procurar y captar la benevolencia y atencion del auditorio, y esto haze en una de cuatro maneras; comendativamente, encomendando la fábula, historia, poeta ó autor que la representa.

Por estos motivos, pues, hubieron los nuestros de trasplantar aquellas tiernas plantas á lugar más retirado, encomendando este negocio al cuidado del venerable P. Lucas Caballero; y aunque en tales mudanzas perecieron muchos por las incomodidades y enfermedades que les sobrevinieron, de que participaron también nuestros misioneros, no obstante, poco después volvió la Reducción á su antiguo esplendor, porque vinieron luego otros infieles que se incorporaron en ella.

Estaba éste retirado en su Rancho, rogando á Nuestro Señor que no se frustrase esta fundación y Reducción de todo el gentío cercano y encomendando á Su Majestad la resolución que tomaría en este caso. Luego supo por medio del intérprete, que había estado oyendo de secreto al cacique, todo el razonamiento que éste había hecho á los suyos en la plaza.

No tentándole gran cosa los libracos de su carrera, resolviose a dejarla en el punto en que la tenía cuando los tristes acontecimientos de Peleches le obligaron a trasladarse a su casa solar; pero como se había dejado por allá, en vías de buen arreglo, cierto asunto que nada tenía que ver con la heredada hacienda ni con los afanes universitarios, encomendando el caserón nativo y todas sus pertenencias, muebles e inmuebles, al cuidado de una persona de su confianza, y sin pagarse mucho, por entonces, de los libres y salutíferos aires patrios, aunque a reserva de volver a henchirse de ellos tan pronto como lo necesitara, tornose a la ciudad, que era Sevilla.

¡No quiero mensajes de parte de Miguel el Negro! exclamé. Pues entonces oiga usted el plan que le propongo por mi cuenta. Ordene un ataque decisivo contra el castillo, encomendando la dirección del asalto a Tarlein y al viejo coronel... ¡Adelante! Pero diciéndome de antemano la hora exacta del ataque. Eso es. ¡Me infunde usted tanta confianza! ¡Bah!

Pero no obstante eso, determinaron de común consentimiento admitir en sus tierras á Cristo y á su ley santísima, y enviaron á dar aviso de su resolución al P. Arce, quien debajo de una enramada estaba encomendando á Nuestro Señor con fervor este negocio; pero le pusieron tres condiciones: La primera, que la Reducción se fundase en aquel paraje.

Y por último, como Rafaela aspiraba a que todo estuviese en consonancia, hizo venir de París el calzado de D. Joaquín, encomendando al Hellstern o al Costa, que florecía en aquel momento histórico, que reforzase con clavitos los tacones y que pusiese los contrafuertes debidos, para que D. Joaquín perdiese la perversa maña de torcer y deformar, como solía, botines y zapatos.

Había salvado a la madre de la desesperación y a su hijo del abandono; gracias a ella, la pobre abandonada se había extinguido suavemente, sin odio y en la paz del perdón, encomendando su alma a Dios y su hijo a Liette, y durmiéndose confiando en los dos... Su confianza no debía ser defraudada.

Á boca de noche, la oración, encomendando en ella á las ánimas del purgatorio para que recen un Pater noster y Ave María.» «Han de velar la ampolleta por sus cuartos, repite Escalante , y rezar y cantar el Ave María, y los buenos días

Palabra del Dia

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