Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de junio de 2025


Después la procesión se metió en las lenguas del río que inundaban los callejones. Era un espectáculo extraño ver toda aquella gente empujada por la fe, descendiendo por las callejuelas convertidas en barrancos. Los devotos, levantando el hachón sobre sus cabezas, entraban sin vacilar agua adelante hasta que el espeso líquido les llegaba cerca de los hombros. Había que acompañar al santo.

Y empujada por las amigas, abría los labios y ladeaba la cabeza con un gesto lacrimoso, igual al de la Dolorosa; y el silencio de la noche, que parecía agrandado por la emoción de una religiosidad lúgubre, rasgábase con el lento y melódico quejido de aquella voz de cristal que lloraba las trágicas escenas de la Pasión.

Cultivarían la tierra ellos mismos; y buscaron jornaleros entre la gente sufrida y sumisa que, oliendo á lana burda y miseria, baja en busca de trabajo, empujada por el hambre, desde lo último de la provincia, desde las montañas fronterizas á Aragón. En la huerta compadecían á los pobres churros. ¡Infelices! Iban á ganarse un jornal; ¿qué culpa tenían ellos?

De repente se abrió la puerta de la oficina, empujada por una fuerte mano. Y apareció en el umbral, haciendo el saludo militar, el cartero del pueblo, un veterano de bigote gris y cuya blusa azul estaba estrellada por la cruz de honor. El tío Marcial, un soldadote nada cómodo murmuró la antigua empleada. Pero Liette no la oyó.

Cuando, empujada de nuevo hacia el mundo por esta resistencia, no sabía qué pensar de su porvenir y vivía como una enfermera junto al padre, ignorando cuál podría ser su suerte, volviendo la espalda a los jóvenes chuetas que mariposeaban en torno de ella atraídos por los millones de don Benito, presentábase el noble Febrer, como un príncipe de cuento de hadas, para hacerla su esposa. ¡Qué bueno es Dios!... Se veía en aquel palacio inmediato a la catedral, en el barrio de los nobles por cuyas estrechas calles de pavimento azul y silencioso pasan los canónigos durante las horas dormidas de la tarde, atraídos por la campana de coro.

Pero empujada de un lado á otro, acabó rodando por los resbaladizos escalones, y su frente chocó contra una arista de la piedra. ¡Sangre!... Fué como una pedrada en un árbol cargado de pájaros.

Por fin, cuando ya anochecía el tercero y mientras yo entristecido por su ausencia, pues había salido aquella tarde, contemplaba su habitación desierta, vi desprenderse de sus rosales una hoja que empujada por el viento cayó revoloteando hasta la calle. La manzana que a Newton le cayó en la nariz, fue para el sabio una revelación de la gravitación universal.

En la entrada distingo todavía algunas sinuosidades del fondo; piedras blancas, un poco de arena que se mueve lentamente, empujada por el agua que sale, produciendo ruidos de hervor; un poco hacia dentro se distinguen aún los rizos de las pequeñitas ondulaciones, y las diminutas columnas que soportan la bóveda; alumbradas vagamente por reflejos de luz, parecen temblar en la sombra: diríase que una redecilla de seda flota sobre ella con ligeras ondulaciones.

De haberlo descubierto una hora antes, estaba seguro de que la lente se habría caído de su rostro empujada por la sorpresa, siéndole imposible al mismo tiempo contener un grito de asombro. Pero después de haber conocido personalmente á Momaren, se consideraba á salvo de toda clase de emociones.

La tempestad sacudía los postigos, la nieve, empujada por las ráfagas del viento, barría los vidrios con un roce ligero y la lámpara de pantalla verde suspendida del cielo raso, esparcía sobre su fulgor apacible.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando