Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de mayo de 2025
En aquella encantada morada el suelo es de azafran, el empedrado de perlas y jacintos. Al presentarse en ella el fiel creyente, ofrécense á su servicio diligentes mancebos de sorprendente hermosura, y uno de ellos le conduce las hijas del Paraiso, criaturas etéreas á cuyo solo nombre se extasia el férvido muslim.
"Dos somos, salgan dos, tres, cuatro, luego De aquellos que presumen ser valientes, Que por temor ó miedo, ni por ruego No habernos de afrentar á los parientes." Al punto que esto oyeron, como un fuego Saltaron dos mancebos diligentes, Inciso y Espeluca, sus espadas En las bravosas manos empuñadas.
Crujían en los camarotes las cerrajas de las maletas; desatábanse correas y paquetes, abandonaban las ropas sus encierros, y las manos diligentes sacudían pliegues y ordenaban piezas con toda calma, sin miedo al vahído del cansancio y a la movilidad que arroja personas y objetos de un ángulo a otro de la inquieta habitación.
Es muy de notar que ninguno de los historiados cristianos, entre los cuales descuellan Ambrosio de Morales, el P. Roa, Diaz de Ribas, Florez, Masdeu, y otros no menos diligentes en la investigacion de las memorias y documentos de España bajo el dominio de los árabes, haga mencion, ni leve alusion siquiera, á este hecho de la venta de la basílica cristiana á los Mahometanos que refiere Ar-razi.
De todo rumbo surge el vibrante grito de los vendedores de diarios que pululan llenando las calles como esas bandadas de avecillas que en el bosque cantan cuando el día llega, y es de admirar el contraste que ofrecen esos pilluelos diligentes y honrados, que a pulmón lleno proclaman su luminosa mercancía, pasando rápidos y sonoros por el lado del «repartidor de diarios» que, silencioso y grave, va echando por entre buzones, celosías y rendijas la doblada hoja impresa que aquéllos pregonan a gritos.
Véase la nota de la pág. 91, al final. Salviato en la Vida de S. Martin de Soure, y el árabe Al-Makkarí en su Historia tantas veces citada; ambos hacen memoria de una iglesia dedicada á la Vírgen María, que no nombran S. Eulogio, ni Alvaro, ni el abad Sanson. Son de esta opinion el P. Roa, el Dr. Gomez Bravo, y otros diligentes conservadores de las memorias sagradas de Córdoba.
Estas consideraciones no deben perderse nunca de vista, cuando se nos ofrece examinar la íntima naturaleza de una cosa para fijar los principios constitutivos de su esencia. Seamos pues diligentes en investigar, pero muy mesurados en definir.
El sabio cronista de los viajes por Filipinas, del General D. Ignacio María de Alaba, Frey Joaquín de Zúñiga, escribe en un manuscrito, valiosa joya que guardan los archivos de San Agustín, cuyo hábito vistió, lo siguiente: «El genio de los indios, según los autores que han escrito de ellos, es un embolismo de contradicciones; dicen que al mismo tiempo son humildes y soberbios, atrevidos y cobardes, crueles y compasivos, perezosos y diligentes, y refieren de ellos otras mil contrariedades como estas.
Todo esto digo, alta y preciosa señora, porque me parece que la estada nuestra en este castillo ya es sin provecho, y podría sernos de tanto daño que lo echásemos de ver algún día; porque, ¿quién sabe si por ocultas espías y diligentes habrá sabido ya vuestro enemigo el gigante de que yo voy a destruille?; y, dándole lugar el tiempo, se fortificase en algún inexpugnable castillo o fortaleza contra quien valiesen poco mis diligencias y la fuerza de mi incansable brazo.
Otros iguales a él avanzaban detrás de su estela con intervalos de centenares de millas, o marchaban delante con el mismo rumbo. Y desde el opuesto hemisferio, una fila semejante emprendía el regreso, moviéndose todos como un rosario de diligentes hormigas en la infinita llanura atlántica.
Palabra del Dia
Otros Mirando