Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de julio de 2025


Pero qué menos obedecen á los sagrados Cánones, ni á sus decretos? haciendo mercancías de perlas, rubíes y diamantes, que se traen de las Indias, porque es opinion evidente que la mayor parte de las perlas preciosas que se venden en Venecia son de estos padres, lo que se ha sabido de aquellos de quien se han servido y sirven de corredores.

Sus ojos son dos luceros, como aquel grande y muy claro que está sobre el tejado de esa casa; su boca se compone de dos hojas de rosa; sus dientes hacen que todas las perlas echen a correr de envidia; sus mejillas son claveles abiertos, y cuando llora, sus lágrimas son diamantes.

El aderezo de la silla era de terciopelo azul, con las armas de su linaje bordadas hacía atrás, con oro y con seda. Dos lacayos le precedían. Iba a pasar, sin duda, por la casa de Beatriz, o a verla salir de alguna iglesia. Blanco penacho de plumas, sujeto a su gorra por un joyel de diamantes, temblaba en el aire de la mañana.

Ella no ambicionaba joyas, ni pretendía llamar la atención por su elegancia. Vivir bien y nada más. Isidro dice que yo soy una mujer para la gente... clásica. No lo que será eso. A me gustan los hombres serios; nada de ruidos. Vivir con uno como en familia. Pretendió Ojeda tentar su codicia de mujer, hablando de los diamantes que conquistaban en Argentina y Brasil las cortesanas viajeras.

El que a buen árbol se arrima, contestó la tía Zarandaja, buena sombra le cobija, y de manzanas de oro, y aun con aditamentos de diamantes, es aquel bajo cuyas frondosas y frescas ramas os habéis puesto. Ya me tarda el oíros, buena madre, dijo Cervantes; que grandes cosas y de mucho provecho han de ser, a lo que me parece, las que tenéis que decirme.

Todos los extrangeros son arrestados, pero déxelo por mi cuenta, que yo tengo mi hermano en Diepe en la Normandía, y le llevaré alla; y si tiene vm. algunos diamantes que darle, le tratará como yo propio. ¿Y porqué arrestan á todos los extranjeros? dixo Candido.

Le abrió, y encontró quince doblones de oro de la cruz, una rica sortija y una cadena de diamantes. La duquesa lo adivinó todo.

Derrama el sol su oro por los ampos, en un derroche de alegrías gualdas, irisando el techar del caserío; y fingen, en el verde de los campos, diamantes en monturas de esmeraldas las cristalinas gotas de rocío. Llueve torrencialmente, y el chubasco es tan pródigo en agua que sepulta los caminos en lodo. El sol se oculta tras cortinas de nubes. De un peñasco,

En este día extraordinario, había sin embargo una cierta inquietud y agitación singular en todo el sér de la niña, parecidas al brillo de los diamantes que fulguran y centellean al compás de los latidos del pecho en que se ostentan.

Sus doncellas y ella todas son una ascua de oro, todas mazorcas de perlas, todas son diamantes, todas rubíes, todas telas de brocado de más de diez altos; los cabellos, sueltos por las espaldas, que son otros tantos rayos del sol que andan jugando con el viento; y, sobre todo, vienen a caballo sobre tres cananeas remendadas, que no hay más que ver. -Hacaneas querrás decir, Sancho.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando