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Actualizado: 22 de octubre de 2025
No hablar del asunto. ¿Preguntan por qué se fué el meritorio? Pues no hay más que hacer un gesto intencionado, fingir una sonrisa despreciativa, discretamente maliciosa, que lo diga todo. ¡Mentira y calumnia! La madre y las hermanas del pobre meritorio trabajaban para vestir al muchacho. ¡Cómo había de ir al establecimiento hecho un pordiosero!
Pero como se contestase a sus enérgicas protestas con risitas v sarcasmos, concluyó por adoptar una actitud digna v despreciativa, mascullando palabras cargadas de hiel, los labios trémulos, la mirada torva. De vez en cuando dejaba escapar por la nariz un leve bufido de indignación.
Rafael miraba avergonzado al suelo; tenía miedo de verla, miedo de contemplarse con las ropas en desorden, sucio de tierra, batido y golpeado como un ladrón al que sorprende un amo fuerte. Oyó la voz de Leonora, hablándole con la despreciativa familiaridad que se usa con los miserables. ¡Vete! Levantó los ojos y vio los de Leonora irritados y altivos, fijos en él.
En cuanto comprendieron el motivo de aquella extraordinaria secreción, los más tímidos comenzaron a pensar que el rayo podía muy bien acompañar a la lluvia, y evitaron con cuidado el tropezarle. Los más bravos pasaban a su lado sin hacer caso de aquella tos despreciativa; pero sin osar mirarle a la cara.
Y como al oír eso me encogí de hombros, ella tomó la espumadera que había dejado caer y volvió a su tarea. ¿Y esa es toda la alegría que sientes? continué, encogiendo el labio con expresión despreciativa. Pero ella me apartó con la mano izquierda, con una brusquedad inacostumbrada. ¡Vete, chiquilla, te lo ruego! Y he ahí cómo yo recibí al primo Roberto en su lugar.
Si pudierais leer en el corazón de Marta, quizá reconoceríais a vuestra vez hasta qué punto vuestro espíritu se aleja de la verdad. Sí, vais a contarme otra vez la misma canción; pero es inútil. No os imagináis su conducta para conmigo; no veis su frialdad despreciativa.
Supo reponerse, no obstante, y vertiendo en el vaso el resto de la botella, mandó tranquilamente al mozo traer pimienta. Echó un puñado de ella; echó luego ceniza de su cigarro, que tenía amontonada delante de sí, y sin decir palabra, con la misma sonrisa despreciativa, apuró el vaso, y no contento con esto, lo rompió con los dientes. Vimos sus labios manchados de sangre.
Castro se volvió hacia él y le contempló unos momentos entre irritado y sorprendido. Tornando luego la vista al espejo, dijo con calma despreciativa: Querido Manolo; eres un melón de gran tamaño. Estoy seguro de que si heredases ahora a tu tía, entregarías la herencia a la Amparito para que la engullese como ha hecho con la de tus papás. Manolo se enfureció al oir esto.
Si hubiera observado la expresión iracunda y despreciativa que debió presentar mi rostro en aquel instante, tal vez habría un serio conflicto. Por fortuna, yo no le preocupaba a la sazón poco ni mucho. Se puso al lado de la hermana y, con el aplomo cínico que le caracterizaba, trabó conversación con ella. Usted es sevillana, ¿verdad? Para servir a usted.
Al mismo tiempo me clavaba una mirada risueña, donde quise leer cierta burla despreciativa. ¿Usté también habrá venido a sus negocios? Sí, señor, aquí me ha traído un asunto que, por fortuna, ya tengo casi arreglado respondí con tonillo impertinente, contestando a su mirada burlona con otra de desafío. El amor propio herido hizo despertar la cólera en mi pecho.
Palabra del Dia
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