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Actualizado: 6 de junio de 2025
Del estado de la ciencia náutica entonces, de las cartas, instrumentos, fórmulas, de que en la navegación se pudieron utilizar, también se ha hecho estudio auxiliar de los otros; con todo, no satisfacen en junto á la curiosidad, deseosa de penetrar cuanto atañe á la vida de los expedicionarios en su temerosa empresa.
Despues de haberse aquí ya refrescado, La gente del armada muy gozosa, Con algun bastimento que ha tomado Se embarca, por le ser muy deseosa La fin de su viage comenzado, Juzgándole por cosa provechosa: Que vemos que cualquier descubrimiento Es al tono de boda ò casamiento. La Torrida, que alguno inhabitable Escribe, traspasaron derrepente.
Luego vio que todo estaba lo mismo, que sólo ella se había conmovido con esta noticia estupenda, digna de trastornar el orden de lo existente. ¡Señor... Señor... Señor!... Y agarrando el vacío tazón y los restos del pan, echó a correr, deseosa de refugiarse cuanto antes en la cocina. Después de oír tales horrores, la casa le inspiraba miedo.
La marquesa estaba en una función religiosa, que costeaba con otras señoras. Era una Novena dedicada a no sé qué santo titular, con Manifiesto, Estación, Rosario, Sermón, Novena, Gozos del Santo, Santo Dios y Reserva. Acudió allá Rosalía, deseosa de ver a su amiga aquella misma tarde. La calle estaba llena de coches elegantes.
Tirando a la izquierda por detrás de aquella casa vieja dijo la Nela se llega muy pronto.... Pero aquí viene el Sr. D. Francisco. En efecto, apareció D. Francisco gritando: Que se enfría el chocolate.... Qué quieres, hombre.... Mi hija estaba tan deseosa de retozar por el campo, que no ha querido esperar, y aquí nos tienes de mata en mata como cabritillos... de mata en mata como cabritillos.
Digo que esto se le figuró a misia Casilda, a causa del estado de ánimo en que se encontraba, y comparación tan injusta como ésta no se ha hecho, pues señora más atildada y limpita que ella no podía haberla; pero lo cierto es que se paró, deseosa de volverse atrás.
Había perdido ya la dura inmovilidad con que acababa de arrostrar este momento de emoción. Se sentía muy segura de su triunfo. Y deseosa de asombrar á los curiosos con una calma imperturbable, sacó de su bolso una cigarrera de oro, una larga boquilla de marfil, y empezó á fumar. Después de este primer éxito, el pianista jugó con cierta autoridad.
Y después, no habrá partido sin gratificaros, dijo Clementina, deseosa de coger á Mauricio en flagrante delito de tacañería. Supongo que os habrá dado una moneda á cada uno.... ¡Una moneda! dijo el cochero; nos ha puesto buenamente un billete de cien francos en la mano y nos la ha apretado al mismo tiempo! La señorita Guichard se mordió los labios y dijo á sus gentes con voz ruda: ¡Está bien!
Cuentan que Maximiliana Llorente era una mujer bella y deseosa de agradar, de esas que no caben en la estrechez vulgar de una tienda.
En tal término y punto está la cosa, Que si Don Diego á caso allá bajára, Hallára nuestra gente deseosa De cualquiera revuelta y se holgára. Mas quiso con su mano poderosa El Alto remediar; que si la alzára, El Argentino todo se perdiera Y en aprieto al Perú todo pusiera. Alguna vez oí á mis oídos, Que Don Diego venia levantado, Y ví que se holgaban los nacidos En la tierra del caso relatado.
Palabra del Dia
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