United States or Ecuador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Me contento entonces con que ustedes me paguen de boquilla, replicó alegremente Simoun; usted, P. Sibyla, en vez de darme cinco tantos me dirá, por ejemplo: renuncio por cinco días á la pobreza, á la humildad, á la obediencia... usted; P. Irene: renuncio á la castidad, á la largueza, etc. ¡Ya ven que es poca cosa y yo doy mis brillantes!

María Luisa, ¿sabes dónde han ido los señores esta noche? El portero escuchó lo que le respondían y colgando la boquilla dijo: Los señores tenían tomado un palco en el teatro de Apolo. Allí deben de estar. Tristán subió de nuevo al coche dando estas señas. Cuando cruzaba por la Puerta del Sol sonaban en el reloj del ministerio de la Gobernación las diez.

Y los salvajes presentes mostraron entonces interés en el duelo. Alvaro tira poco. El coronel debe llevarle ventaja. Es más hombre, y además tira con energía. Con demasiada dijo Pepe Castro sacando el pañuelo después de haber arrojado la punta del cigarro y poniéndose a frotar con esmero la boquilla. Todos volvieron los ojos hacia él porque tenía fama de habilísimo tirador. ¿Crees ?

Hay salvaje que se estraga fumando sin gana cigarro sobre cigarro, sólo por el gusto de ahumar la boquilla antes que alguno de sus colegas. Y si no es así, por lo menos, nadie se cuida de saborear el tabaco. Lo importante es soplar el humo sobre la espuma de mar y que vaya tomando color por igual.

Durante el día suele verse poco concurrido. Sólo dos o tres docenas de socios van por las tardes, antes del paseo, a culotear sus boquillas. Embotados aún por el sueño, hablan poco. Les hace falta la excitación de la noche para que muestren en todo su esplendor sus facultades nativas. Estas parecen concentradas en la nobilísima tarea de poner la boquilla de un hermoso color de caramelo.

Había perdido ya la dura inmovilidad con que acababa de arrostrar este momento de emoción. Se sentía muy segura de su triunfo. Y deseosa de asombrar á los curiosos con una calma imperturbable, sacó de su bolso una cigarrera de oro, una larga boquilla de marfil, y empezó á fumar. Después de este primer éxito, el pianista jugó con cierta autoridad.

Apenas hay muchacha que se deje acompañar de uno de su igual. El mozo ha de traer por lo menos corbata y hongo, y ha de fumar con boquilla... aunque no tenga plato en que comer. Ninguna se oculta ya para ir al obscurecer acompañada de algún señorito, y a la vuelta de las romerías da grima verlas venir colgadas del brazo de ellos cantando al alta la lleva... ¡Pobrecillas!

Una vigilaba el braserillo en el que hervía el agua, otra ofrecía el mate de plata cincelada con boquilla de oro, otra guardaba sobre sus rodillas la guitarra señoril de ricas incrustaciones. Trotaban jinetes calle arriba, calle abajo, con la vaga esperanza de ver los ojos de brasa de la peruana al alzarse levemente la cortina de alguna reja.

Pero, señor Simoun, preguntó el alto empleado, ¿qué saca usted con ganar virtudes de boquilla, y vidas y destierros y ejecuciones espeditas? ¡Pues mucho! Estoy cansado de oir hablar de virtudes y quisiera tenerlas todas, todas las que hay en el mundo encerradas en un saco para arrojarlas al mar, aun cuando tuviera que servirme de todos mis brillantes como de lastre...

En un platillo que un lacayo había colocado reverentemente al lado de la victoriosa había un montón de cigarrillos consumidos, con boquilla de oro. Parecía embrutecida por su éxito, por la monotonía de aquella buena suerte incesante. El pianista mostraba cierta somnolencia en sus gestos y en su voz. El triunfo le parecía insípido después de la fuga del admirable griego.