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Actualizado: 9 de junio de 2025
Don José, desvelado por la emoción sufrida, pasó en continua queja las horas, y aun así sufrió menos que su hijo: Leocadia se acostó desagradablemente impresionada, pero al poco rato se durmió: Pepe, sentado junto a la cama de su padre y apoyada en su misma almohada la cabeza, oyó sonar en el reloj todas las horas de la noche.
Era un tipo esencialmente madrileño; masa que el tiempo y la fortuna modelan a su antojo con las suaves líneas de la dama o con los rasgos graciosamente duros de la chula. Hasta la voz indicaba en ella el germen de este dualismo: unas veces su timbre hería desagradablemente el oído, otras lo halagaba con singular dulzura. Ven, Leo, vamos a traer a papá dijo desde el gabinete doña Manuela.
A pesar de lo muerto que, por obra del cariño de Engracia, estaba el amor de Millán a Leocadia, la presencia del cura le impresionó desagradablemente, recrudeciéndose en su corazón el enojo hacia aquel hombre, que dio al traste con sus primeros amores.
Los sonidos guturales y nasales son desconocidos, y los compuestos de consonantes resultan solamente de la union de la b con la z francesa, pero no hieren desagradablemente al oido. Las letras f, g, j, l, x son del todo estrangeras. No se advierte la menor anomalía en los sustantivos; los adjetivos pertenecen á un mismo tiempo á los géneros masculino y femenino.
La señorita Guichard escuchaba distraidamente las protestas afectuosas de Mauricio; cuanto el joven le decía era para ella letra muerta. Consideraba su amabilidad como un ardid de guerra y la consideraba nula. Todo lo que Mauricio le hablaba de cariño y de reconocimiento no tenía más efecto que distrerla desagradablemente de la conversación de Roussel con Herminia.
Ella, por el contrario, pareciome sorprendida desagradablemente, coma persona que no quiere ser vista en lugares impropios de su jerarquía. Sus primeras palabras, dichas a tropezones y entremezcladas con las fórmulas del saludo, confirmaron aquel mi modo de pensar.
Ya ves á lo que me allano. Ya ves á lo que me comprometo. Vas á sorprender desagradablemente á Doña Blanca con tu inesperada visita. Vuestra conversación va á tener algo de un duelo á muerte; mas prefiero intervenir en él, ser cómplice en el delito de vuestro espantoso diálogo, á que sucedan cosas peores. Por las ánimas benditas, Comendador, aguarda hasta pasado mañana. Vendrás conmigo.
Al indicar los argumentos de los dramas, de los cuales no era dado prescindir, corremos el riesgo de no guardar el justo medio entre la nimia prolijidad y la extremada concisión, puesto que la indecible riqueza de la literatura dramática española impide por una parte extenderse demasiado en el análisis de cada composición, y por la otra se tropieza con la dificultad de ser demasiado áridos ó desagradablemente compendiosos, defectos ambos censurables.
Roussel se sometió con gracia á sufrir este mal paso y se mostró sencillo y cordial, con un cierto matiz de altanería que á Clementina le pareció que contrapesaba desagradablemente la ventaja que ella había obtenido públicamente de la sumisión de aquel rebelde. Creyó que se levantaba un poco deprisa y vió en esta actitud un indicio del doblez con que, á su juicio, se había conducido.
Llegando al vestíbulo, temió aparecer en el salón sin el aplomo necesario. Se detuvo. "Voy a verla dentro de un instante", se dijo. Temblaba todo entero. De pronto le tocaron en el hombro, y una voz conocida le murmuró: "Hombre, tenía que hablarte a propósito de aquello". Se volvió con brusquedad, desagradablemente sorprendido: era Miguel Castilla. ¿A propósito de qué?
Palabra del Dia
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