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Actualizado: 1 de julio de 2025
Llamando, pues, aparte al cacique, y á los principales, les dió á conocer la gravedad de su delito, y les ordenó enviasen á llamar á los Ziritucas y volviesen á entablar con ellos una buena amistad. Vinieron los Ziritucas, diéronle grandes quejas de los Zibacas, pidiendo les obligase á resarcirles los daños, y que les restituyesen las haciendas que les habían robado y tenían aún en su poder.
La república determinó de venir en lo que el rey mandaba, y respondió, que habia sentido lo que Eduardo de Oria su general hizo con Berenguer de Entenza; y que fué motin de la gente vil de las galeras el que causó tan grande exceso; que no se pudo atajar por los capitanes, y general, hasta después de ejecutado; que ellos pondrían desde luego á Berenguer en libertad, y nombraron once personas para que se juntasen con los deputados que el rey enviaria en el lugar donde fuese servido, para tratar de la enmienda que se habia de dar á Berenguer por los daños que habia recibido en la pérdida de las galeras, y en su prision.
Conocida la instrucción, decía la pluma incorregible del Peregrino: «Este Rey está fuerte en no consentir á los franceses absentes gozar sus casas y bienes si á Antonio Pérez no le dan su mujer, hijos y hacienda. Quizá este mismo favor dañará, pero serán gloriosos daños. Del nuevo Rey de España quiero esperar que imitará á David, por no probar los azotes de su reino por pecados ajenos .»
Quedaron muertos de los Genoveses en la Ciudad cerca de tres mil, y aunque lo peor llevaron ellos entónces, fué causa de mayores daños en lo venidero para los nuestros, porque con esto quedó irritada una nacion émula y poderosa, que importaba su amistad para conservar nuestras armas en aquel Imperio; porque en estos tiempos era grande y temido su poder en todo el Oriente, arbitros de la paz y la guerra.
Tarde de arrepentidos dais la muestra, Poco vuestra amistad me satisface, De nuevo ejercitad la fuerte diestra, Que quiero ver lo que la mia hace, Ya que ha puesto en ella la ventura La gloria mia, y vuestra desventura: A desverguenza de tan largos años Es poca recompensa pedir paces: Seguid la guerra, renovad los daños, Salgan de nuevo las valientes haces.
El Sinonog desciende de las montañas de Cabigan; en este mismo punto nace el Dumalón. El Dumanquilas, en el puerto del mismo nombre. El de San Ramón, que pasa por la colonia de su nombre, y otra infinidad de ellos que por su poco curso y rápida pendiente se hacen muy temibles en sus avenidas, las que causan bastantes daños.
Un ciudadano suizo, culpable de un robo verificado en una iglesia de Samen, ha sido condenado á lo siguiente: «Un cuarto de hora de argolla, vigilado por el verdugo, á 60 palos dados públicamente por el ejecutor de la justicia, á tirar durante cinco años de un carretón, á diez años de internacion en su distrito natal, á no poder casarse jamas, á la pérdida de sus derechos civiles y políticos, á ejercicios piadosos, á hacer penitencia en la iglesia, con un báculo en la mano, y una cuerda al cuello, á daños y perjuicios y á los gastos del juicio.»
E deseando é queriendo nosotros proveer en ello é por evitar grandes males é daños que se podian recrecer adelante, si lo susodicho no fuere castigado &c.
Pero, al irse para siempre, desengañado, no lo hacía sin amargo pesar, de separarse así de su padre, de su tía y de su novia... poderosa trinidad de afectos, que le ligaba al mundo, del que quería salir. ¡Susana! este recuerdo enternecióle, y lloró su primero y único amor... La vida es un viaje de recreo, en que no se paga el billete, pero sí los vidrios rotos; Quilito saldaría su cuenta de daños y perjuicios, y se iría allá, muy lejos, a otra parte, donde el trabajo no fuera una ley. ¡Quién sabe! dicen que hay otros mundos, bien distintos de esta miserable y carcomida nuez que habitamos, ¿por qué no encontraría en alguno la felicidad que él buscaba?
La blanda Venus con el duro Marte Jamas hacen durable ayuntamiento: Ella regalos sigue, él sigue el arte Que incita á daños, y á furor sangriento: La Cipria diosa estese agora á parte, Dexe su hijo nuestro aloxamiento: Que mal se aloxa en las marciales tiendas Quien gusta de banquetes y meriendas.
Palabra del Dia
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