Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de junio de 2025


¿Qué es eso? . Pero que, ¿es cosa de Medicina? Es una culebra. ¿La veremos aquí?... Entremos. ¿Es esto la Casa de Fieras? ¿Quieres ver al oso? Aquí me tienes. que lo eres» dijo Isidora riendo con toda su alma. Y entraron.

¡Por la uña de Belcebú! es sin duda ese héroe del frac azul y de la charretera de oro que oculta su cabeza detrás de un cañón y que no se menea más que un pescado muerto... Blasillo, hijo mío, haz que esconda esa pierna que se le ve aún, porque el valiente se desliza como una culebra a lo largo de ese afuste.

Quisieron mis hados, o por mejor decir mis pecados, que una noche que estaba durmiendo, la llave se me puso en la boca, que abierta debía tener, de tal manera y postura, que el aire y resoplo que yo durmiendo echaba salía por lo hueco de la llave, que de cañuto era, y silbaba, según mi desastre quiso, muy recio, de tal manera que el sobresaltado de mi amo lo oyó y creyó sin duda ser el silbo de la culebra; y cierto lo debía parecer.

Buscaban las pieles viejas de culebra, abandonadas entre los guijarros al cambiar de envoltura el reptil y festoneaban los caños de las fuentes con estos pellejos oscuros, atribuyendo a su ofrenda influencias misteriosas. Los largos días de inmovilidad en el monte, vigilando el pastar de las bestias, extinguía lentamente todo lo que en estos muchachos había de humano.

Aquel Pimentó tenía el pellejo duro, y arrojando sangre y barro iba tal vez á rastras hasta su barraca. De él debía proceder un vago roce que creyó percibir en los inmediatos campos semejante al de una gran culebra arrastrándose por los surcos; por él ladraban todos los perros de la huerta con desesperados aullidos.

Marta, con el rostro de culebra que se infla, repitió la carcajada, mirando con cinismo a Bonis. El cual miró también a su buena amiga sin comprender palabra de aquella risa inoportuna. Y prosiguió don Nepo: Un hombre práctico, de experiencia en los negocios, no exagera el celo ni el recelo, ni cree en habladurías.

Aquella mujer tan hermosa, que era la belleza con cara de bondad para Bonis... le pareció de repente una culebra.... La vio mirarle con ojos de acero, con miradas puntiagudas; le vio arrugar las comisuras de la boca de un modo que era símbolo de crueldad infinita; le vio pasar por los labios rojos la punta finísima de una lengua jugosa y muy aguda... y con el presentimiento de una herida envenenada, esperó las palabras pausadas de la mujer que le había hecho feliz hasta la locura.

Espantado el matador de culebras qué podría ser aquella llave, miróla sacándomela del todo de la boca, y vio lo que era, porque en las guardas nada de la suya diferenciaba. Fué luego a proballa y con ella probó el maleficio. Debió de decir el cruel cazador: "El ratón y culebra, que me daban guerra y me comían mi hacienda, he hallado."

Desta manera andaba tan elevado y levantado del sueño que, mi fe, la culebra o culebro, por mejor decir, no osaba roer de noche ni levantarse al arca; mas de día, mientras estaba en la iglesia o por el lugar hacía mis saltos. Los cuales daños viendo él y el poco remedio que les podía poner, andaba de noche, como digo, hecho trasgo.

Los indios tagalos forman melancólicos discursos, si la lechuza canta; tienen como buenos augurios el encontrar una culebra en la casa ó en el barco. Algunos creen en las hierbas amatorias. Estas y otras muchas falsas creencias, de las que aún quedan algunas reminiscencias, poco á poco las va desterrando la vívida luz del Evangelio y la civilización.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando