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Actualizado: 18 de junio de 2025


Pasaron entonces por el recuerdo todos los días que siguieron al entumecimiento del rigoroso temporal, cuando el espíritu de Ana había dejado aquella especie de vida de culebra invernante.

En este coloquio iban los dos antiguos estudiantes, cuando hubieron de soltar un tanto la disputa para atender y dar oídos a la aguda y penetrante voz de cierto caminante que picaba por alcanzarlos y que cantaba de esta manera: Con espuela y paso a paso llega el asno a la jornada; pero víbora o culebra dando saltos más alcanza.

Lo peor de todo dijo Refugio, jugando con su víctima , es que... Ahora me acuerdo... Si no puedo, no puedo darle a usted nada. Ya se me había olvidado que hoy mismo, esta tarde misma, tengo que pagar dos mil y pico de reales. Rosalía creyó firmemente que una culebra se le enroscaba en el pecho, apretándola hasta ahogarla. No tuvo fuerzas para decir nada.

Podía desangrarme; son habas contadas. No, hija mía, no. Parirás sin dolor, y tendrás un robusto infante. Emma se puso muy encarnada. Minghetti, como distraído, le soltó el brazo, y siguió subiendo, delante, sin más cortesía, con las manos en los bolsillos del pantalón, silbando una cavatina con un silbido de culebra, que era una de sus habilidades.

«La enredadera Paytan es antivenenosa, pues al que se le haya picado alguna culebra ponzoñosa debe darle de tomar cocimiento de ella. «Las hojas de Amargoso se pilan y después se esprime para sacar el jugo que se dará de tomar al chiquillo ó persona flemativa para arrojarla.

Siguieron andando, acercándose a la linde del bosque, donde concluía el huerto. Me están saqueando, me comen vivo..., y cuando pienso en que esa tunanta me aborrece y se va de mejor gana con cualquier gañán de los que acuden descalzos a alquilarse para majar el centeno, ¡tengo mientes de aplastarle los sesos como a una culebra!

A uno decía mi buen ayo: «Mañana me traen dineros»; a otro: «Aguárdeme V. Md. un día, que me trae en palabras el banco». Cuál le pedía la capa, quién le daba prisa por la pretina; en lo cual conocí que era tan amigo de sus amigos, que no tenía cosa suya. Andábamos haciendo culebra de una acera a otra por no topar con casas de acreedores.

Y pasaron meses; y el mocito, que entendía de picardías más que una culebra, le hacía cuentas alegres, hasta que aburrido Carapulcra, le dijo: Pues, señor, es preciso que demos un balance, y cuanto más pronto mejor. Convenido contestó impávido Cututeo : mañana mismo nos ocuparemos de eso.

Frecuentan este sitio personas que vienen á pagar con el oro del rey el frenesí oratorio que enloquece al pueblo. ¡Quién! ¡Quién! ¿Quién de nosotros continuó el orador no conoce al llamado Coletilla? Es un realista fanático, un malvado agente de la casa grande. ¿No le conocéis? Este hombre es una culebra que se desliza entre nosotros para corromper á los oradores jóvenes.

Todos estos, mohínos de ver que mis compañeros no contribuían, ordenaron a la noche de darlos culebra de cáñamo, con una soga dedicada al efecto.

Palabra del Dia

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