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Pues a los litógrafos los pondría yo a que me afeitaran todas las ranas que se pudieran coger... Pero vamos al caso... ¿Convida usted o no convida? , señor; convido a una copita... y nada más. ¡Qué miserable! Yo esperaba un banquete regio. No me gustan aparatos ni bulla. Hombre, siquiera un cubierto de cincuenta reales..., cuatro amigos...

Y diciendo esto, el viejo sargento se acercó al mostrador y se bebió la copita de un solo trago. ¡A vuestra salud, ciudadano! ¿Acaso es usted el padre de Gaspar? No, soy un pariente. ¡Pueden ustedes jactarse de ser fuertes en la familia! ¡Vaya un ejemplar de hombre de veinte años! Así, a pesar de todo, él ha podido resistir, mientras que los otros caían por docenas.

Yo le he visto en días de pontifical, con la mitra puesta, mirarnos a todos con tales ojos, que le faltaba muy poco para soltar el báculo y emprendernos a bofetadas. Lo que dice la tía: ¡si no bebiera...! Entonces son ciertas las murmuraciones del cabildo. Emborracharse, no señor. A cada cual lo suyo: una copita ahora y otra después, y una tercera si le visita un amigo y hay que obsequiarlo.

Lorenzo y Ricardo escuchaban a Melchor como reos ante una acusación irreducible, mientras Baldomero pensaba que su presencia era inconveniente en aquel momento, en que comprendía instintivamente que Melchor desempeñaba una función trascendental. Bueno, don Melchor, voy a dejarlos. ¿Ya se va, Baldomero? ¿no quiere una copita de coñac? Gracias, don Melchor, no tomo. ¡Tome!

El tiempo refresca; papá Wittmann, ha hecho usted bien encendiendo la estufa, ¡Una copita de coñac para disipar la niebla! ¡Ején, ején!

La Virgen se fue y volvió con una copita de oro en las manos; se la dio al niño y le dijo: «Ve a buscar a tu padrino y dile que llene esta copa de lágrimas de contrición, y entonces podrá entrar contigo en el cielo. Toma estas alas de plata y echa a volarEl ladrón estaba durmiendo en una peña, con el trabuco en una mano y un puñal en la otra.

Nos sentamos, pues, a la mesa... Cubierto suntuoso, flores, vajilla de plata, un cúmulo de piezas montadas. El conjunto muy bien... Se sirvió ante todo una copita de Jerez para hacer entrar en calor al estómago. El Jerez era bueno, pero la copa muy chica; y no pude conseguir que me sirvieran otra.

¡Mal muchacho, muy mal! Pero no te aflijas; esto va largo, a menos que cualquier día sobrevenga otra cosa.... La enfermedad sigue su curso.... Es una enfermedad orgánica, y, como lo comprenderás, incurable. ¿Volverá usted mañana? No es preciso. Que observe el régimen que tengo prescrito: reposo, distracción, buenos alimentos, una copita de vino en cada comida, y ¡adelante!

Y ahora considere que en esta capital, a la clase tártara y conquistadora que la posee, obedecen trescientos millones de hombres, una raza audaz, laboriosa, sufrida, política, invasora. Estudian nuestras ciencias... ¿Una copita de Medoc, Teodoro?... ¡Tienen una marina formidable!

¡Arriba, coracero! ¿A que no te pesaría de que bebiésemos una copita por el exterminio de todos los negros? Fray Diego se declaró, con un movimiento de cabeza, partidario en principio de este brindis consolador, pero no se movió de la silla.