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Actualizado: 16 de mayo de 2025
Además, ¿cómo ir sin llevarles un regalo? ¿Te parece bien entrar en su casa con las manos vacías?... Luego, otros gastos... Resueltamente no vamos. Desde el 15 ya refresca. Observa cómo van achicando los días. Anoche ya la temperatura fue más suave... No nos movamos, hija, que bien nos va en Madrid. Oyó esto Rosalía con vivo enojo; pero su misma soberbia le vedaba contradecirlo.
Que si el cuerpo se refresca, y recrea en estos soles y calores con el fresco del Ayre elementar, las Almas en el calor, y estío de sus afflictiones, y en la confusion de no saber ya que hazerse, rebiuen con la communicacion de sus Protectores, Ayre y respiracion verdadera, mas delicado, y suave para las almas, q. essotro commun para los cuerpos.
El paseo es bonito, porque lo son sus árboles chaparros; y la vista que se alcanza desde él y el aire salino que le refresca en verano, no tienen precio. Por el extremo de allá baja una senda que conduce al muelle sin tocar en la villa.
El tapiz tenía bajo el pie la consistencia de la tierra firme; los objetos manteníanse en grave inmovilidad y penetraba por las ventanas la brisa oceánica en suaves ráfagas; una brisa discreta que no hacía saltar la velutina de la epidermis ni ponía en desorden los peinados; una brisa regulada, domesticada como la que refresca los salones en las playas de moda.
Voces largas y jubilosas resonaban a cada instante sobre las colinas. Ramiro dejose invadir por aquella languidez, por aquella holganza crepuscular que desunce los bueyes y refresca en cada cabaña la frente y el pecho de los labriegos.
La victoria se detiene en la modesta casa de Melchor Astul, que desde horas antes se apercibe para el viaje proyectado, tarea en la cual han intervenido madre y hermanas, disputándose el éxito en los refinamientos de la previsión, pues en los últimos detalles de un trajín semejante es cuando se corre el riesgo de olvidar lo fundamental: el cepillo de dientes; las zapatillas; el sobretodo por si refresca; el abotonador; la pasta dentífrica; el betún, etc., etc.
Las tormentas precedidas de viento y sucia polvareda le excitaban horriblemente los nervios, y su único gusto al presenciarlas era ver desmentidos los pronósticos meteorológicos de Bringas, el cual, desde que el cielo se nublaba, decía: «verás cómo esta tarde refresca». ¡Qué había de refrescar...! Al contrario, duplicaba el calor.
La efervescencia, que supone este exceso de precaución, provenía sin duda de la poca agua, la cual refresca, molifica y hasta espiritualiza.
Llueve con mucha frecuencia en los meses de mayor calor, con lo cual se tempera bastante la atmósfera, y el viento Pampero, que con mucha frecuencia sopla, refresca y purifica el aire. Hace treinta y tres años que el Brasil se emancipó.
Pero yo no puedo olvidar. Debemos olvidar; y si no podemos olvidar, debemos parecer como que hemos olvidado dice la hermana, con unción monjil y acento de nostalgia, como dando a entender que, a pesar de todo, no ha olvidado. ¡Qué había de olvidar la triste Felicita! Sobre todo, el señor Colignon refresca la memoria y conturba el pecho de la hermana de los Dolores.
Palabra del Dia
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