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Actualizado: 14 de julio de 2025


Visitó primero a Pedro Carvallo, le enteró del enfado de la Reina y en nombre de su Alteza y con pleno y libre consentimiento de doña Sol, le intimó que desistiese de sus pretensiones y persecuciones. Duarte de Mendaña, más severamente aún y con no menor recato, habló con Morsamor, le robó de parte de doña Sol toda esperanza de ser amado de ella y le exigió que no siguiese pretendiéndola.

La mujer del juez me vendió una vez su tapis por un peso, y el marido dijo que aquella venta no servía porque no tenía su consentimiento. ¡Abá! me sacó el tapis y ella no me ha devuelto el peso hasta ahora, pero yo no la pago en el panguingui, cuando gana, ¡abá! Así le he podido cobrar doce cuartos, y por ella solamente voy á jugar. Yo no puedo sufrir que no me paguen una deuda, ¡abá!

Los dos enamorados son felices juntos, y esperan obtener, para su enlace, el consentimiento del rey de Aragón; pero éste los recibe mal, y pone á Elena en la cárcel por ser hija de su enemigo. Don Pedro proyecta entonces libertar á su amada. Un cortesano, que se llama el conde Octavio, promete ayudarle.

Con muchas lágrimas y extremosos ademanes le rogó que la socorriese en aquel trance, que la condujese al convento de Astudillo. El sacerdote se negó rotundamente a ello. Volvió a aconsejarle calma y que buscase siempre por los medios suaves de la obediencia y la humildad ganar el consentimiento de su padre.

Después me ha rogado te pregunte si consientes en que sea presentado en esta casa. Eso es otra cosa respondió poniéndose repentinamente seria. Yo no puedo impedir que sea presentado aquí; pero, como mi consentimiento podría implicar que tengo gusto en que nos visite, no estoy dispuesta a dárselo. No se trata de que lo aceptes por novio se apresuró a decir Gonzalo.

Mírate en el espejo de tus padres: se unieron con el consentimiento de sus familias, sin violencias ni disgustos y la fortuna les sonríe, y son felices, y tienen para su vejez un consuelo tan hermoso como , que eres buena y no querrás amargar los últimos años de su vida. Y el confesor hablaba gravemente, sin el más leve mohín, de la felicidad conyugal de los Sánchez Morueta. Basta por hoy.

Al escuchar esta respuesta, tuvo Coca por primera vez en su vida la impresión de que Laura, esa buena y cariñosa Laura, pudiera ser algo como una persona distinta e independiente de ella; un ser con ideas y sentimientos personales diferentes de las ideas y sentimientos de la hermana a la cual parecía siempre identificarse... Pero, con el egoísmo de la inocencia, pronto desechó esta vaga y obscura intuición, sin buscarle causa, para festejar alegremente el consentimiento de Laura, a quien no dejó dormir en toda la noche con la cháchara de sus proyectos...

Sin su consentimiento, y casi a pesar suyo, su joven hermana le prestaba los más asiduos cuidados sin que la Condesa sospechase la causa, queriendo aquélla al menos, si no podía salvarla, ocultarle hasta el último momento el golpe fatal que la amenazaba; porque los médicos de Granada, que pretendían no engañarse, habían anunciado que la Condesa no sobreviviría al otoño, y corría a la sazón el mes de septiembre.

Por ser sus palabras curiosisimas, las pongo aquí, trasladadas de la lengua latina en que fueron escritas. «Por tanto no dejaré de notar que si alguno probare descender de los hebreos que de ningun modo dieron su consentimiento para la muerte de Cristo, y constare que la contradijo, y que despues de publicada la ley de Gracia no cayó otra vez en el judaismo, podria ser admitido en las órdenes y dignidades eclesiásticas; y no solo en las religiones, sino en las militares: en las cuales por estatutos, está prohibida la entrada á cuantos descienden de linajes de judíos

Quedaba el consentimiento del padre, y la madre apremiaba este detalle. La situación de ella, sobrado equívoca en Concordia, exigía una sanción social que debía comenzar, desde luego, por la del futuro suegro de su hija. Y sobre todo, la sostenía el deseo de humillar, de forzar a la moral burguesa, a doblar las rodillas ante la misma inconveniencia que despreció.

Palabra del Dia

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