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Actualizado: 8 de mayo de 2025
19 Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes, y olivas; pondré en la soledad hayas, olmos, y álamos juntamente; 20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del SE
Lope de Vega, en el acto II de El Caballero del milagro: «TRISTÁN. ¡Cosa es de ver la vida deste mozo! ¡Qué ricamente viste, y cómo gasta! ¿Cómo juega tan pródigo y reparte lo que tiene entre todos sus amigos, sin que le conozcan en su tierra dos florines de renta o patrimonio? Cito por la edición de Sevilla, Hernando Díaz, 1569, la más antigua de las tres de que poseo ejemplares.
Cierto es que en él observamos también fases diversas del arte y de la literatura dramática, no obstante sus caracteres comunes, que trataremos de indicar, para que se conozcan á fondo las diversas partes de este soberbio edificio.
Sea Dios en su ayuda, engrandezca su estado, prospérele i ensálzele i ponga su silla sobre todos los príncipes. Dios sea con él i con toda su casa, i todo hombre se humille á él, i los grandes i fuertes que hubiere en la tierra le conozcan, i todos aquellos que oyeren su nombre se gocen de oirle en todos los reinos i sea manifiesto que él es hecho el amparo i defendedor de Israel.
Sí dije, es verdaderamente asombroso. No hay duda, su secreto está escrito aquí, y lo sabríamos, si poseyéramos la clave. Pero es probable que sus enemigos conozcan su existencia, o si no, él no lo hubiese dejado guardado aquí al partir para Manchester. Puede ser que Dawson lo sepa. Es muy probable contestó ella. Era el hombre de relación más íntima de mi padre. Su amigo, dice él que era.
Maltrana, después de desasirse, continuó con entusiasmo: Me dedicaré a la política; quiero que seas una gran señora, y en este país no hay camino mejor para subir aprisa. Yo llevo dentro algo. El día que me conozcan, impondré respeto. Seré director de periódico, seré diputado... ¡Llegaré a ministro, Feli, y tú serás mi mujer, la esposa de Su Excelencia!...
33 tú oirás desde los cielos, desde la habitación de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu Nombre es invocado sobre esta Casa que he edificado yo.
Llegando a la entrada de la calle de la Paz, dijo don Diego: -Por vida de don Filipe, que troquemos capas, que me importa pasar por aquí y que no me conozcan. -Sea en buen hora -dije yo. Tomé la suya inocentemente y dile la mía. Ofrecíle mi persona para hacerle espaldas, mas él, que tenía trazado el deshacerme las mías, dijo que le importaba ir solo, que me fuese.
¿Qué estáis diciendo?... Iré á encontrar á don Bernardino al lugar donde me ha citado... y no le mataré, pero le escarmentaré... ¡Miserable! ¡Vive Dios que ningún hombre se ha atrevido como él á probarme la paciencia! ¡Malhaya la hora en que os traje al teatro! ¿Y por qué? Nada temáis; yo haré de modo que me conozcan esos señores, y cuando me conozcan, me respetarán, os lo juro.
Por otra parte, si se piensa en dejar a los indios en comunidad como están ahora, también me parece que la ruina de los pueblos será infalible antes de muchos años, o a lo menos serán poquísimos los adelantamientos; y éstos los habrá si los que los gobernaren inmediatamente tienen todas las calidades que se requieren para estos parajes, porque los indios saben que son libres, y conocen los bienes de la libertad, como los conocen, los desean, y, deseándolos, la buscan; y esto es en parte causa de los muchos que se desertan de los pueblos, sin otro motivo que verse oprimidos y sin la libertad que desean, y los que permanecen es porque aún no han adquirido valor para dejar su patria; y en la repugnancia que tienen a todo lo que los destina la comunidad se conoce lo violento que están, y así es preciso mucha prudencia y suavidad para gobernarlos, para que no conozcan flaqueza de parte del gobierno, porque entonces nada harían, ni los exaspere el rigor, porque tendría peores consecuencias.
Palabra del Dia
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