Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de octubre de 2025


Jacinta estaba desesperada, y en los ratos que podía cambiar una palabrita con su suegra, esta poníale una cara muy desconsolada, diciéndole: «Mal negocio, hija, mal negocio». Por la noche, comensales otra vez, y luego tertulia y mucha gente. Hasta las doce duró aquel martirio. Se marcharon al fin uno a uno.

Consultado Minghetti sobre el particular, daba señales de asentimiento con la cabeza, y seguía comiendo pasteles. Los comensales le miraban a hurtadillas, y los más perspicaces notaban en él un aire que Körner, hablando bajo con Sebastián, llamó en francés gené; con lo cual Sebastián se quedó a oscuras.

Justa y Rufina, con los demás cofrades invitados al yantar con que se festejaban y festejaban á las Patronas de la Ciudad, que pecaba de sobrio, si lo comparamos con los refinamientos y exquisiteces de la cocina moderna, pues, ya vemos que los comensales se contentaron con pollos y gallinas, vaca, ternera, manjar blanco, frutas, vinillo de villarreal y de la sierra, suprimiendo, quizá por cara, la nieve, que ya entonces estaba muy en uso, no obstante que esta comilona tuvo que efectuarse en un mes de los estivales, á juzgar por las frutas que se sirvieron.

Larga y alegre fué la cena, sin que uno siquiera de los comensales se acordase de los rencorosos y hambrientos pecheros que en aquellos mismos instantes, ocultos entre la maleza, contemplaban desde lejos y con ideas de venganza y muerte las ventanas iluminadas del castillo.

¡Y, sin embargo, me gustan! insistió modestamente Kotelnikov. ¡Allá usted! dijo el subjefe . Yo, por mi parte, detesto a esas bestias color de betún. Todos sintieron una especie de satisfacción al pensar que había entre ellos un hombre tan original que se pirraba por las negras. Con este motivo, los comensales de Kotelnikov pidieron seis botellas más de cerveza.

Cerca de los postres, la conversación, que era ya general, recayó sobre las mujeres, como ocurre en toda comida de hombres solos. Toledo tuvo la sospecha de que el príncipe había empujado dulcemente á sus comensales á hablar de esto. De pronto, Miguel resumió su opinión diciendo por dos veces: La gran sabiduría del hombre es no necesitar á la mujer.

Porque pasábamos de docena y media los comensales, entre propios y extraños. No entendían el rumbo de otro modo las mujeres que lo habían manipulado; y así me expliqué yo perfectamente sus afanes y desvelos, y las gentes y las cosas que habían movido y removido en la casa, en el lugar y fuera de él, de tres días a aquellas horas.

Los comensales llegaron al monte en el que habitualmente no se oía más ruido que el cantar de los pájaros y el seco «tac» de los duraznos que caían, de las ramas al suelo, en el último grado de madurez. ¡A ver gritó un viejo paisano, bajo, grueso, apellidado Montero, si echan reses a la playa!

Al día siguiente, si el marino no llegaba a sazonarla con alguna discusión científica o literaria, se repetía la vaya con leves variantes: los comensales encontraban muy donoso al mayor, y cuando se descuidaba en embromar al Marqués, le guiñaban el ojo excitándole a hacerlo; la charla del marino los mareaba y aburría un poco; pero siempre se encontraban dispuestos a confesar su talento y sus conocimientos poco comunes.

Porque, señores, nadie como yo respeta al clero parroquial, ese clero honrado, pobre, humilde... pero el alto clero... muera... y sobre todo... muera el señor Provisor... el.... ¡Muera! ¡muera! contestaron algunos: Joaquín, el coronel, que estaba sereno, pero quería que muriese el Magistral, y otros dos o tres comensales borrachos. Cuando se levantaron de la mesa amanecía.

Palabra del Dia

mármor

Otros Mirando