Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de julio de 2025
El ejemplo más antiguo, que se ha conservado hasta nosotros, se halla en las obras del clérigo secular Gonzalo de Berceo, que floreció á principios del siglo XIII , y consiste en un canto de los centinelas, que guardaban el sepulcro del Señor, con un estribillo que repetía á coro, destinado acaso á cantarse aparte, como parece indicar su nombre de cántica.
En aquel momento se abrió la puerta, y uno de los centinelas que se hallaban de vigilancia en los extremos de la meseta gritó: Señor Juan Claudio, venga usted a ver; me parece que quieren subir. Está bien, Simón, voy en seguida dijo Hullin levantándose . Dame un beso, Luisa; valor, hija mía; no tengas miedo, todo marchará bien. Y la estrechó contra su pecho, con los ojos cargados de lágrimas.
A lo lejos los ladridos de los perros resonaban en la otra margen del Tiber; mas cerca de mi, el grito lugubre de los buhos salia del palacio de Cesar, y el viento me traia los sonidos moribundos del canto nocturno de las centinelas.
Era muy difícil; las aberturas tenían fuertes hierros, las puertas, pesados cerrojos. Alrededor del barco corría una galería baja, a flor de agua, con las ventanas tan próximas una a otra, que era imposible que pasara nadie ni nada por delante sin que lo vieran los centinelas. Siempre había gran vigilancia en esta galería, y las rondas circulaban por ella cada cuarto de hora.
Si las miradas se buscan, acaban por encontrarse a través del universo; fácilmente podían los ojos de mis padres encontrarse, no mediando entre unos y otros más que dos paredes y un callejón estrecho. Amábanse sus almas, compenetrábanse sus pensamientos y pronto los signos suplieron a las palabras que jamás salieron de sus labios por temor a revelar a los centinelas su sistema de comunicarse.
En una bella noche muy serena, Habiendo el sueño dado ya sus puertas A los que nuestra cama era el arena, Estando centinelas muy alertas, Con grande dulcedumbre una Sirena Comenzó de cantar; y cierto, ciertas Y humanas parecian sus canciones, Bastantes á mover mil corazones.
Si no me engaña el pensamiento mio, O salen mentirosas las señales, Que haveis visto en Numancia, del estruendo Y lamentable son, y ardientes llamas, Sin duda alguna que recelo y temo Que el barbaro furor del enemigo Contra su propio pecho no se vuelva: Ya no parece gente en la muralla, Ni suenan las usadas centinelas, Todo está en calma y en silencio puesto Como si en paz tranquila y sosegada Estuviesen los fieros Numantinos.
Llegó, en esto, uno o algunos de aquellos escuderos que estaban puestos por centinelas por los caminos para ver la gente que por ellos venía y dar aviso a su mayor de lo que pasaba, y éste dijo: -Señor, no lejos de aquí, por el camino que va a Barcelona, viene un gran tropel de gente. A lo que respondió Roque: ¿Has echado de ver si son de los que nos buscan, o de los que nosotros buscamos?
Por nuestra parte se doblaron las guardias y centinelas, se nombraron piquetes de caballeria y algunos lanceros á pié, para que se mantuviesen en continua vigilancia al rededor de la villa, así para evitar algun incendio, como para que con la mayor precaucion y silencio se adelantasen cuanto les fuese posible á observar los movimientos del enemigo, tornando despues cuantas providencias eran necesarias para no ser sorprendidos.
Mi arnés, armas y caballo vuestros son por la ley de la guerra. Pero os serán devueltos. Coloca centinelas, Simón, ahí en la entrada del paso y una guardia de arqueros con armas preparadas por si algún otro caballero nos visita. Pasaron las horas y los ingleses siguieron vigilando todos los movimientos de la gran hueste enemiga.
Palabra del Dia
Otros Mirando