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Falta esto... y lo otro. Que se vigile Grand-Fontaine y que se cambien los centinelas de ese lado cada media hora. Que se ponga el aguardiente junto al fuego. Esperad que llegue Divès, que trae municiones; que se distribuyan los cartuchos sobrantes y que todo el que tenga más de veinte entregue el resto a sus compañeros. Y así durante toda la noche.
El Regente en una continua agitacion expedia providencia sobre providencia, y los Ministros, disimulando el miedo que los dominaba con el celo y amor al Soberano, se hicieron cargo con las compañias formadas del grémio de abogados, de rondar y patrullar todas las noches, reconociendo las centinelas avanzadas.
La noche estaba obscura, los centinelas del castillo narcotizados con un filtro, la escala colgada ya de la ventana y los raudos corceles piafaban no muy lejos... «¿Qué aguardas, dueño mío, qué aguardas...?» María oía tocar suavemente a los cristales, y más de una vez se había levantado del lecho con los pies desnudos a cerciorarse de que no era su guerrero, sino el viento, quien la llamaba suspirando.
Los cristianos, favorecidos por los cordobeses descontentos, se han apoderado de la Aljarquía escalando la muralla y matando á las centinelas dormidas.
Presumo que el motivo es éste: en vez de agotarme en una defensa angustiosa y a toda costa contra lo que sentía, como deben de haber hecho todos, y aún los marineros sin darse cuenta, acepté sencillamente esa muerte hipnótica, como si estuviese anulado ya. Algo muy semejante ha pasado sin duda a los centinelas de aquella guardia célebre, que noche a noche se ahorcaban.
Hacia las ocho de la mañana apareció repentinamente un hombre entre el gran y el pequeño Donon; los centinelas lo descubrieron en seguida; el hombre descendía agitando el sombrero. Pocos minutos después se le reconoció: era Nickel Bentz, el antiguo guarda forestal de Houpe.
12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó el SE
Las calles presentaban un aspecto siniestro, casi todas solitarias, los balcones de las casas herméticamente cerrados, en las esquinas algunos centinelas con el fusil terciado; los pocos transeúntes que veíamos cruzaban velozmente, con ánimo, sin duda, de guarecerse en su casa lo más pronto posible, y sólo se detenían trémulos ante el «¿quién vive?» del soldado.
A la banda de Poniente, hacia el campo de los turcos, estaba otra compañía; á ésta le tocaba la guardia por orden del Sargento mayor, con su socorro también, como los otros. Esta compañía se ponía cerca de una mezquita de moros, y poco lejos della se ponían las centinelas hasta la marina.
Treinta Luisistas armados, con el capitan del pueblo, salieron contra los Portugueses que estaban en el rio Verde, para mudar sus centinelas por causa del invierno, que con las lluvias todo lo inundaba. Cuarenta Lorenzistas asimismo se fueron á los últimos términos de sus tierras, á fabricar un propugnáculo en el castillo del mismo rio Phacido, volviéndose otros tantos en lugar de aquellos.
Palabra del Dia
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