Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 31 de mayo de 2025


Tres horas despues, cuando contemplaba las ruinas de que he hablado, al pié de un árbol un hombre que tenia en la mano una cartera de dibujo.... Era mi Inglés, que tomaba el diseño de unas ruinas confundidas con un grupo de árboles, cerca del rio Francolí. Volví á bordo y me puse á escribir unos versos para mi esposa.

No quería tener secretos con Maltrana, y le confesó que el tal libro sería un escalón, el último, para alcanzar la cartera de ministro el día que su partido volviese al Poder. El mismo jefe le prometía escribir un prólogo para la obra. Ya ve usted, amigo Maltrana. ¡Qué honor! ¡qué honor para nosotros!... Este «nosotros» dejó frío al joven.

Para su gloria mundial, jamás dinero tan bien gastado como los cinco pesos que cuesta oír una conferencia. El conferencista, al llegar a u país, olvida con la distancia los arañazos de los remotos «doctores» y sólo ve el cheque que guarda en la cartera.

Este tiempo no es muy á propósito para observar; y si á ratos toma coche, para librarse de cansancio y evitar extravío, tanto peor para los apuntes de su cartera: todo desfila á sus ojos con mucha rapidez como en linterna mágica las ilusiones de los cuadros; recogerá muy gratas sensaciones, pero no muchas noticias.

Perdone usted dijo al cogerlo y guardárselo en su sucia y desflorada cartera.... La palabra de usted bastaba. Al pronto le desconocí; pero ahora recuerdo muy bien de su fisonomía, y caigo en la cuenta de que le conozco mucho, y también he conocido a su padre, señor de Artegui.... Pues si me conoce repuso severamente el viajero , sabrá que gasto pocas palabras ociosas.... Abur.

O el de un pobre que cuente oro; O el de un enamorado que besa y devora a una mujer hermosa; O el de un diputado de la oposición que se mete debajo del brazo una cartera; O el de un hambriento que come en la fonda del <sc>Cisne</sc>. Me he metido en la cama, pero no he conseguido dormirme. La realidad huye de : el sueño me persigue. Soñemos, ya que no podemos vivir. Soñemos escribiendo.

El duque no dió señales de oir. Con los párpados caídos, bufando y paseando el cigarro de un ángulo a otro de la boca, se mantuvo silencioso y guardó de nuevo la cartera después de haberla apretado con una goma. Faltan quinientas pesetas, señor duque , repitió Fayolle. ¿Cómo? ¿Faltan quinientas pesetas? No puede ser.... A ver; cuente usted otra vez. El comerciante contó.

Lo mejor es pensar siempre en cosas alegres, en los teatros, en los toros, en las sesiones del Congreso... ¡Ay!, yo me muero por las sesiones del Congreso. Es cosa que enamora ver a aquellos señores que hablan tan bien y sin equivocarse. Unas veces se enfadan y echan fuego por los ojos como si les hubiesen quitado la cartera, otras lo toman a broma y hacen desternillarse de risa a todo el mundo.

Pocos, y yo conozco uno de ellos. Pues venga ese. Guzmán sacó de su cartera una tarjeta; escribió con lápiz al respaldo de ella el nombre y las señas del domicilio del sujeto, y se la entregó a su amiga, diciéndola: Ahí está. La marquesa leyó: «Don Santiago Núñez. Imperial, 15, , derecha». Después dijo a su amigo: Está bien. Pues ahora voy a comenzar... por el principio.

En esta cartera guardaba las actas de las tres sesiones que había celebrado el Comité de recibimiento del Hombre-Montaña, así como los presupuestos de gastos, presentes y futuros, para la manutención de tan costoso huésped. Además llevaba una traducción, en idioma del país, que había hecho de los versos escritos por el Gentleman-Montaña en su cuaderno de notas.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando