United States or Samoa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una risa loca, aguda, acerada, que parecía rasgar las carnes y puso en conmoción todo el hotel, mientras la artista, con los labios espumeantes caía al suelo y se revolvía furiosa, volcando los muebles, hiriéndose con las metálicas aristas de sus maletas. Don Rafael; los señores de la Comisión de Presupuestos aguardan a usía en la sección segunda. Voy al momento.

De intereses, como la espuma los dos. Si a don Alejandro le salían redondos los negocios en que se metía, a su cuñado no le cabía ya el dinero en casa, según expresión de Lucrecia, ni a ella las carnes sobre el cuerpo.

De pronto, el frío de la habitación mordía en sus carnes, despertándola de este ensueño tropical. De un último salto iba á refugiarse en los brazos de él. ¡Oh, mi argonauta amado!... ¡Tiburón mío! Se apelotonaba contra el pecho del navegante, acariciándole las barbas, empujándolo para incrustarse en el diván, que resultaba estrecho para los dos.

Fue de ver entonces a Miguel correr por la sala y brincar sobre las mesas con el Cristo en alto, perseguido de cerca por el cura, que cuando le tenía al alcance de la vara, se la arrimaba a las carnes no suavemente. Los alumnos que aún viven recordarán seguramente aquel incidente chistoso, que terminó mandando a Miguel al encierro y poniéndose otro chico en su lugar.

Muchos pasaron antes que sus hijas durmieran en camas; muchísimos antes que cubrieran sus lozanas carnes con vestidos decentes. Dábales de comer sobria y metódicamente, haciéndose partidaria en esto de los preceptos higiénicos más en boga; pero la comida en su casa era triste, como un pienso dado a seres humanos.

El dormitorio estaba adornado con ocho grandes tapices de un tono verde de hoja seca, representando jardines, amplias avenidas de árboles otoñales, con una plazoleta terminal en la que triscaban venados o goteaban solitarias fuentes en triples tazones. Encima de las puertas colgaban viejos cuadros italianos de una suavidad acaramelada: niños de carnes ambarinas jugueteaban con rizados corderos.

La batata en polvo y las carnes de manzana, membrillo y gamboa, que toda cordobesa prepara, debieran ser conocidas y estimadas en las mesas de los príncipes y magnates. Con el mosto hace la cordobesa gachas, pan y arropes infinitos, ya de calabaza, ya de cabellos de ángel, y ya de uvas, aunque entonces toma el nombre de uvate y deja el de arrope.

¡Si hubieras visto qué ojos! ¡Lo mismo que dos frutas De un lomboy que tuviera las ramas perfumadas! ¡Y qué labios de rosa! ¡Y qué gloriosas rutas Y líneas las del cuerpo de carnes encantadas! Y se llamaba Flora, como la primavera, Y su voz como el canto de los pájaros era, Y sus cabellos negros y largos, y su frente...

Estaba gordo, i encendióse en lo interior de manera que aun cuando no llegaban las llamas, ardian sus carnes como un tizon, i rebentando por medio se le cayeron las entrañas

Partido Juan Ortiz, y comenzando A caminar por brazos, por esteros Que el rio por allí lleva, formando Mil islas de onsas, tigres, osos fieros Pobladas: mas no salen rescatando Los indios, como suelen, con sus cueros Ni carnes, ni pescado; que es indicio, Que quieren intentar otro ejercicio.