Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de julio de 2025


La casa, hasta entónces triste, de Jucef ardió en saraos, en zambras y en regocijos, y entre el giro acompasado de indolentes bayaderas, resonó sentido y largo, como el suspiro del viento de la palma en el penacho, al compás de guzlas de oro, el melancólico canto del desierto, que suspira el beduino cansado, que sigue á la caravana en sus amores soñando.

Dejaron las cabalgaduras en poder de los mozos y se abalanzaron a los coches, produciendo disturbios y curiosidad en los viajeros que no contaban con la novedad de aquella numerosa caravana. Gustavo Núñez, cada vez más terco e insolente, quiso sentarse al lado de Elena, pero no logró más que experimentar un claro y doloroso desaire. La joven se alzó instantáneamente de su asiento.

Será un caminante extraviado. Será algún can sin dueño. ¿Este pinar, es el Pinar del Rey? Así le dicen... Mas agora es de nosotros, los que aquí nos procuramos guarida en una noche tan fiera. ¿Habrá sitio para ? ¡Y holgado! ¿La campana que tocaba poco hace, era la de András? La campana choca de András. El Caballero se guarece con aquellos mendigos que van en caravana a una romería.

Pero en el momento de resolverlo, alcanzamos una numerosa caravana que, en orden de uno por fila, caminaba lenta y pausadamente bajo aquel sol de fuego que impulsaba a acelerar la marcha. Eran los señores Cuervo, de uno de los que he hablado ya, que iban a tomar el vapor, acompañados de varios amigos. Pensaban pasar la noche en Guadua.

Y por el monótono desierto de la vida, allá fué marchando la lenta caravana de mis melancolías. Un domingo de Agosto, de mañana, dormitaba en la cama, en mangas de camisa, con el cigarro apagado entre los labios, cuando la puerta se abrió suavemente y entreabriendo los párpados adormilados, inclinarse a mi lado una calva respetuosa.

No podía Tellagorri, gaceta de la taberna de Arcale, quedar sin saber en seguida de qué se trataba; así que se presentó al momento en el lugar, seguido de Marqués. Trabó inmediatamente conversación con el jefe de la caravana, y después de varias preguntas y respuestas y de decir el hombre que era francés y domador de fieras, Tellagorri se lo llevó a la taberna de Arcale.

Y no obstante, nadie se quejaba. Los novios, olvidando tan triste perspectiva, se miraban en los ojos uno de otro, y eran felices, y don Jorge se resignó tranquilamente al mal juego que se le presentaba ya como perdido. La Duquesa, más alegre que de costumbre, se dedicó a cuidar a Flora; sólo la madre Shipton, antes la más fuerte de la caravana, parecía enfermar y fenecer poco a poco.

Chemed la leyó con lágrimas en los ojos y haciendo otros mil extremos de amoroso sentimiento. Mutileder, entre tanto, caballero en su dromedario y lleno de impaciencia, iba trotando y galopando hacia Jerusalén. Harto de la pausa con que la caravana marchaba, tomó un guía, poseedor de otro dromedario tan ligero como el suyo, y se adelantó al resto de sus compañeros de viaje.

Ha llegado a mi casa sobre el ala de un rayo y ha llenado de rosas mi pobre habitación, y yo le he preguntado quién era, y era Mayo, Mayo con su perfume de flor y corazón. Abriéronse mis brazos a su áurea caravana y se llenó mi mesa de vaga devoción; fué un desfile de rosas y aves por mi ventana, abierta a la olorosa y dulce procesión. Y al fin, emocionado, hablé: Mayo, ¿qué quieres?

Ha llegado el momento de ponernos en marcha; el día está claro y sereno, lo que nos promete una atmósfera transparente al borde del Salto. A las tres de la tarde, la caravana se pone en movimiento.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando