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Actualizado: 25 de julio de 2025
Este hombre había necesitado hablar á Elena con una urgencia angustiosa; sólo así era explicable que se decidiese á buscarla en casa de la condesa Titonius, ¿Qué estarían diciéndose?... Se atrevió á pasar, fingiendo distracción, ante la puerta del gabinete. Ella y Fontenoy hablaban de pie, con el rostro impasible y muy erguidos.
Pues sabed que no pretende otra cosa sino ser vuestro verdugo. Esta noche se han de llevar en peso, si así se puede decir, diez y seis bajeles de cosarios berberiscos, a toda la gente de este lugar, con todas sus haciendas, sin dejar en él cosa que les mueva a volver a buscarla.
Aquella súplica, o más bien que súplica mandato de huir con él, se me clavó en el pensamiento como una espina. No dormía, no vivía, no pensaba más que en aquello. Me parecía un delito horroroso: echaba de mí esta idea y cuando me encontraba sin ella salía volando a buscarla, porque sin ella no podía vivir... No creas que aborrecí la devoción, al contrario.
El hábito era de un gris ratonesco, y pendiente de la cintura llevaba un enorme rosario con cuentas como nueces, gran cruz de cobre y medallas de santos. Su voz era falsamente suave; el acento y giros que empleaba, muy franceses. ¿Está Vd. dijo quien pregunta por la mamán del padre Tirso? Sí, señora; soy su hijo y vengo a buscarla.
Libon ó Libong, pues de ambos modos se pronuncia, significan el acto de matar salteando. Libong es palabra anticuada, diciéndose hoy Ribong que es confusión intelectual, ó acto de engañar á uno en alguna cuenta. Tomando en pasivo aquella palabra, significa marearse. Me inclino á creer que la etimología de Libon hay que buscarla en la palabra bicol Libtong, que quiere decir sitio profundo.
Si quisiéramos encontrar una expresion de la conciencia pura sin mezcla de elementos intelectuales, deberíamos buscarla, nó en el lenguaje, sino en el signo natural del dolor ó de la alegria ó de una pasion cualquiera; solo en este caso se expresa con espontaneidad y sin combinaciones de elementos ajenos, que pasa algo en nuestro espíritu, que tenemos conciencia de alguna cosa; pero desde el momento en que hablamos, expresamos algo mas que la conciencia pura; el verbo externo indica el interno, producto de la actividad intelectual, concepto de ella, que envuelve ya un sujeto y un objeto, y que por tanto se halla ya en una region muy superior á la de la conciencia pura.
Cuando emigró a Suiza ¿vino usted a buscarla? ¿La socorrió usted?... ¡Ya ve usted que estoy bien informado! Ella misma me lo ha referido todo. Primero la veía usted raras veces; pero desde abril, desde que se quedó usted en Zurich, han estado juntos. ¿Quiere usted reconocer, sí o no, que es usted su amante?
Por más que la generación actual se precie de vivir casi exclusivamente de sus propias ideas, la verdad es que no hay adelanto en nuestros días que no haya tenido su ensayo más o menos feliz, ni error al cual no se le encuentre fácilmente la veta a poco que se escarbe en la historia para buscarla. Todos los disparates que hacemos hoy los hemos hecho antes en mayor grado.
Habiendo sorprendido al pastor Robin las primeras nieves, algunos días antes, en lo hondo del puerto de Blutfeld, dejó abandonado allí su carro, para llevar el rebaño a la granja; pero notando la falta de la piel de carnero con que se cubría y que se había dejado olvidada en su cabaña ambulante aquel día, terminada su labor, se puso en camino, hacia las cuatro de la tarde, para ir a buscarla.
Desengaño; sorda cólera al ver que la realidad era muy distinta de la ilusión; seguramente olvido. «No, novio mío... no.» Después del almuerzo, Fernando no quiso buscarla. En vano pasó Mina repetidas veces ante una ventana del jardín de invierno junto a la cual tomaban café Ojeda y su amigo. Mostraba él un visible deseo de no reparar en los paseantes.
Palabra del Dia
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