Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de mayo de 2025


Tenía la triste belleza de esos caballos viejos que fueron briosos corceles y caen abandonados y débiles sobre la arena de la plaza de toros. Hasta de nombre carecía.

¿ están aquellas plazas llenas de movimiento, Sus altas catedrales, sus grupos bulliciosos, Sus verdes arboledas, sus alazanes briosos, Que ofrecen á la vista contínua variedad? ¿Qué es del perfume suave del polvo de la patria, De aquel aroma puro de sus lozanas flores, De sus flotantes nubes de vívidos colores, De la dulzura grata de su agua de cristal?

Jamas en su provecho concertaron Los divididos animos briosos, Antes entonces mas los apartaron Quando se vieron mas menesterosos; Y ansi con sus discordias convidaron Los barbaros de pechos codiciosos A venir y entregarse en mis riquezas, Usando en y en ellos mil cruezas.

Alternativamente trabajaba con nervioso entusiasmo, pues tenía pasión por las labores de aguja, o contemplaba el firmamento obscuro y la lluvia que caía sin interrupción; escuchaba el rugido del viento, de ese viento de Noviembre que parece llorar quejumbrosamente, y me sentía fatigada, triste y sin el menor presentimiento feliz, aunque en aquellos instantes acudía a mi la felicidad arrastrada por el rápido trote de dos briosos corceles.

El sacudimiento la agitaba, y sonroseábanse unas miajas sus mejillas. Lucía hallaba en ello ocasión de bromas. ¿Ves cómo es bueno montar en caballos briosos? Estás muy reguapa: pareces otra: mira, para hacer una conquista, no tenías más que darte una vueltecita así, por delante del Casino, cuando está tocando la orquesta.

El atleta en la fuga de los más briosos ejercicios, el guerrero mientras riñe la más brava batalla, sostenidos por el entusiasmo y por la excitación nerviosa, no sienten su cansancio ni llegan a postrarse. La postración no sobreviene sino después del triunfo. El soldado de Maratón no cayó muerto hasta que dio a los atenienses la nueva de la victoria.

Desde allí, después de celebrar siempre una larga y erudita conferencia, frente a los caballos, con parte teórica y parte práctica, salían a pasear su figura y sus profundos conocimientos por la villa, unas veces cabalgando en briosos corceles, otras en una linda charrette, Pablito guiando, Piscis a su lado fijo y absorto en la contemplación amorosa de los traseros de los caballos.

Como esos briosos caballos que en el circo de Bizancio se disputan el premio de la carrera, único espectáculo que hace latir el mezquino corazon de los degenerados Imperiales, así se lanzan á la conquista de la grande unidad islamita en el estadio del antiguo mundo romano esos dos gigantes enemigos de la civilizacion del Cristianismo, que para mejor cautivar á los amantes del progreso de la humana inteligencia, hacen resonar con acentos de armoniosa poesía las florestas de los dos rios históricos, Tigris y Betis, honran con magníficas fundaciones el tranquilo culto grato á Academo, ponen sobre su cabeza los libros de Aristóteles y Platon, y levantando en alto el gracioso canastillo corintio, tributan al arte de la Grecia el homenage de su admiracion y respeto.

Madama Scott se sentó al lado de su hermana. Los poneys pateaban, bailaban, amenazaban encabritarse. Cuidado, señorita dijo Edwards; los poneys están muy briosos hoy. Ya los conozco respondió Bettina; no temáis. Miss Percival tenía la mano firme y suave a la vez, y muy segura.

Llegaba por las mañanas, á todo correr de sus briosos caballos y se arrojaba del coche, metiéndose en el escritorio como si huyera. Aun así, tenía que separar muchas veces con sus fuertes puños á los que le esperaban en la puerta, para proponerle negocios disparatados ó pedirle dinero. Una vez en su despacho, era difícil abordarle al través de los escribientes y criados que guardaban la escalera.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando