Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de junio de 2025


Tiene usted razón, señorita, díjole risueño un alférez de linda y adamada figura, al ver que el angelito pateaba y hacía pucheros para romper a llorar. Espérese usted, que habrá barquillos. Llamaremos a ese digno funcionario.... Ya viene hacia acá. Usted, Borrén añadió dirigiéndose al capitán... , ¿quiere usted darle una voz?

Al pronunciar estas palabras señalaba Borrén a Amparo, cuyos rojos atavíos la distinguían del círculo femenino que la rodeaba. Pues esa chica aún politiquea más que los barbudos... ¿no sabe usted...? Y el incidente del banquete fue comentado, desmenuzado, acribillado por las dos bocas masculinas, que lo adornaron con festones satíricos.

Que Máximo Juncal, ya que es su oficio, reconozca detenidamente la cuenca del río lácteo de la poderosa bestiaza, conducida por el marqués de Ulloa, no sin asombro de las gentes, en el borrén delantero de la silla de su yegua, por no haber en Castrodorna otros medios de transporte, y no permitir la impaciencia de don Pedro que el ama viniese a pie.

Y yo de ti, niña bonita respondió él, por decir algo. ¿Quiere usted poner el candelero en su sitio, Borrén? interpeló Josefina con voz aguda . Me ha manchado usted todo el traje. ¡Mire usted qué graciosilla es esta, hombre! advirtió Borrén señalando a Carmela la encajera, que tenía los ojos bajos . Algo descolorida... pero graciosa. ¡Calle! dijo la viuda de García... . ¿ por aquí?

Que suban, hombre, veremos si son guapas confirmó Borrén. Lola de esta vez no necesitó que le reiterasen la orden. Ya estaba bajando las escaleras dos a dos. Villancico de Reyes No tardaron en resonar pisadas en el corredor; pisadas tímidas y brutales a la vez, de pies descalzos o calzados con zapatos rudos.

Pero en el mismo instante, un mugido feroz distrajo la atención del toro y algo rojo pasó ante su vista como una llamarada de fuego. Era Gallardo, que se había echado abajo de la jaca, abandonando la garrocha para coger el chaquetón que llevaba en el borrén de la silla. ¡Eeeh!... ¡Entra!

Y ya te aviso que no me vuelvas a pudrir la sangre con tus compañías.... ¿Soy yo aquí alguna niña pequeña? Anda a vender barquillos, que ahí en el paseo hay quien compre, y en la Fábrica maldito si sacas un real en toda la tarde.... La chica vale un Perú Mal que le pese a Josefina y a todas las señoritas de Marineda, las profecías de Borrén se han cumplido.

Al descender de su observatorio, echados por las sombras de la noche, que envolvían el patio de la Fábrica y cubrían la estruendosa retirada de las cigarreras vestidas ya con sus trajes usuales, Baltasar iba silencioso y concentrado. Borrén muy locuaz. El bueno del capitán no cabía en de gozo, ni más ni menos que si la aventura de ver bailar a la Tribuna le aconteciese a él directamente.

Ambos se miraron en un instante, instante muy largo, durante el cual se creyeron envueltos en la irradiación de una atmósfera de luz, calor y vida. Al dejar de contemplarse, fuese que el esplendor del ocaso es breve y se extingue luego, fuese por otras causas íntimas y psicológicas, imaginaron que sentían un hálito frío y que empezaba a anochecer. Oyose la palabra ronca de Borrén el inaguantable.

Una cosa es hablar, acompañar, animar, y otra.... Por lo menos así pensaba Borrén, que más tenía de sandio rematado que de perverso. Y no obstante su flaqueza, no supo resistir a la segunda ojeada, coercitiva al par que suplicante, de su amigo. Bebió la hiel hasta las heces, y echó tras la Comadreja pisando aturdidamente coles y maíz tierno.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando