Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Un pastor a lo lejos clavaba las estacas del redil. Se escuchaban los golpes amortiguados por la distancia. Allá en lo alto del cielo un pájaro se cernía batiendo las alas con celeridad unas veces, otras permaneciendo inmóvil con ellas extendidas. ¡Cuánto me alegro de haber venido por estos sitios! ¡Me encuentro tan bien! Clara le miraba con ojos brillantes de satisfacción.
MODO DE HACER EL CHANTILLY. Se baten mucho doce claras a punto de nieve, agregándolas medio kilo de azúcar, se tiene muy batido un cuartillo de nata, se mezcla con las claras, batiendo nada más que un poco al mezclar.
¡Señor alférez! ¡Señor capitán! grita Carmelita toda temblorosa, agitando los brazos, la mandíbula inferior, desdentada, batiendo contra la superior, desdentada también, con un estremecimiento particular. ¡Señor capitán, téngase por Dios! ¡Por la Virgen del Amor Hermoso!... ¡Pare! ¡pare!... ¡pare! ¡Sooó! exclama Paco. Pero el capitán es sueco y sigue apretando.
Al día siguiente, continuó el cura, a las ocho de la mañana, el oficial salió con su partida de tropa, batiendo marcha y llevando entre filas y atado al pobre muchacho, que inclinaba la frente entristecido, al ver que las gentes salían a mirarlo.
En aquel momento se abría la puerta del patio con estrépito y sonaban dentro carcajadas. El Magistral reconoció la voz de Visita que gritaba: ¡Pues no señor! no son azules.... Sí, señora, azules con listas blancas respondía Paco, batiendo palmas. ¿A que no? ¿a que no?
La brigadiera, respuesta al instante del susto, se revolvió airada y le vomitó tres o cuatro insultos feroces, y después tuvo por oportuno desmayarse. Tío Manolo salió del gabinete batiendo las puertas y soltando juramentos.
En el bosque reinaba el silencio; sólo se sentían los zumbidos de los insectos y el ligero crujir de las ramas de los árboles, suavemente agitadas por un vientecillo que venía del mar. En el río, sólo se oía el murmullo del agua batiendo en los bancos y en las orillas.
¡Ay, divina Madre de Dios! exclamó la Nela, echándose atrás las guedejas que le caían sobre la frente . A mí, que tengo ojos, me parece lo mismo. Voy a pedirle a mi padre que te deje vivir en mi casa, para que no te separes de mí. Bien, bien dijo María batiendo palmas otra vez. Y diciéndolo, se adelantó saltando algunos pasos y recogiendo con extrema gracia sus faldas, empezó a bailar.
La piel erizábase de gotas de sudor; los pechos se dilataban, como si no encontrasen aire. ¡Vino y más vino! Para el calor no existía remedio más acertado: era el verdadero refresco andaluz. Batiendo palmas unos, y chocando otros las botellas vacías, como si fuesen palillos, jalearon las famosas sevillanas de María de la Luz y el señorito.
Llegaron á la tienda y Miguel se introdujo en ella con la familiaridad de parroquiano, acomodándose en un rincón y batiendo las palmas para pedir vino. Velázquez se sentó frente á él, despojóse del sombrero y le miró sonriente y un poco acortado. Después se informó alegremente de su vida y le agasajó, procurando inspirarle confianza.
Palabra del Dia
Otros Mirando