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Actualizado: 15 de junio de 2025
Ricardo siguió a la niña como un cordero hasta una habitación clara y llena de armarios que daba a la huerta. En el centro de ella y sobre una mesa se hallaba una gran cesta atestada de ropa recién lavada. ¿Quieres ayudarme a bajar esta cesta y ponerla aquí cerca del armario? ¡Pues no faltaba más! La cesta era enorme y costó trabajo llevarla al sitio designado.
Por lo pronto, repara bien lo que yo vaya jaciendo, y ten la caridad de ayudarme cuando te lo pida. Dicho lo cual, se dirigió a la alacena que estaba cerca de la ventana y en la misma pared, y la abrió con una de las llaves encadenadas en un llavero que sacó, pujando mucho, de un bolsillo interior de su chaleco. La alacena era de poco fondo, y no tenía más que una balda a la mitad de su altura.
Ella, arrepentida de su acto, se había echado atrás, retrocediendo unos cuantos pasos. Estaba en el hueco de la puerta, dispuesta á continuar su huída. Se arreglaba maquinalmente los cabellos y secaba sus lágrimas, mientras el rubor se extendía por su rostro. ¡Qué loca soy! murmuró . Perdóname. ¡Es tanta mi gratitud al saber que quieres ayudarme!... Señaló al mismo tiempo el balcón.
Para mí no hay dicha comparable a la que disfruto al verte, y así y todo preferiría privarme de ella a tener que contemplarte ante personas extrañas, frías e indiferentes que obligan al disimulo. No acierto a expresarte lo que en este momento me mortifica semejante tiranía. Magdalena se levantó y dijo sonriente: Amaury, ¿quieres ayudarme a buscar en el jardín algunas flores?
Este caudaloso rio, que viene mas directamente de las montañas del este de Cochabamba, debia ayudarme á poner en práctica mi proyecto; mas quise ante todo asegurarme por mí mismo, de si no eran exageradas las dificultades de la comunicacion existente hasta entónces.
El dolor nos hace místicos continuó . Lo que yo siento es no poder serlo como lo son otros. Rezo, y la resignación no viene á ayudarme.
-Bien puede ser eso -replicó Ricote-, pero yo sé, Sancho, que no tocaron a mi encierro, porque yo no les descubrí dónde estaba, temeroso de algún desmán; y así, si tú, Sancho, quieres venir conmigo y ayudarme a sacarlo y a encubrirlo, yo te daré docientos escudos, con que podrás remediar tus necesidades, que ya sabes que sé yo que las tienes muchas.
No tengo amores, ni celos, ni aspiro a nada, y necesito la amistad y la compañía de mujeres jóvenes como vosotras. Mi casa es un casino, del cual soy presidente con faldas; pero me voy cansando de hacer este papel. ¿Quieres compartirlo conmigo? ¿Quieres ayudarme a presidir mi tertulia? Ignoro si Braulio querrá y podrá... ¿Cómo no ha de querer? Parece afable, alegre, buen señor y discreto.
"Sabrosísimo pan está, dijo, por Dios." Y como le sentí de qué pie cosqueaba, dime priesa. Porque le vi en disposición, si acababa antes que yo, se comediría ayudarme a lo que me quedase. Y con esto acabamos casi a una, y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado.
Y esto no es un programa de gobierno, sino que se cumplirá en todas sus partes. La Marquesa, don Robustiano y Paquito me han prometido ayudarme, y Visitación, que estaba en la platea de Páez, también me dijo que contara con ella para sacarte de tus casillas.... Sí, señora, saldremos de nuestras casillas. No quiero más nervios, no quiero que Frígilis diga que no eres feliz.... ¿Qué sabe él?
Palabra del Dia
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