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Actualizado: 7 de julio de 2025
Sus padres, que ven por fin decididamente que no hay forma de hacerle abogado, le hacen meritorio; pero como no asiste a la oficina, como bosqueja en ellas las caricaturas de sus jefes, porque tiene el instinto del dibujo, se muda de bisiesto y se trata de hacerlo militar: en cuanto está declarado irremisiblemente mala cabeza se le busca una charretera, y si se encuentra ya es un hombre hecho.
Penetramos en la primer sala de las pinturas de Vernet. El cuadro en que me fijo representa á un combatiente moribundo. Está pálido, horriblemente pálido; tiene el labio inferior caido, dejando ver una encía amoratada, y cualquiera diria que sus párpados van á cubrir unos ojos turbios. Un amigo lo asiste de rodillas, llevándose una mano á la frente, en señal de desesperacion.
Para no extraviarse en la apreciacion de las manifestaciones sociales de este pueblo, es indispensable saber cómo este pueblo vive. Despues de un dia de diligencia y de trabajo, el hombre francés come y viene al café, como quien asiste á un recreo. No le hableis ahora de nada sério, de nada grave, de nada moral. No le hableis de nada que pueda preocuparle y alterarle la digestion.
Al mismo tiempo se oye un coro celestial que le anuncia, que la justicia divina lo ha condenado á perder la vida y el trono, escena, por cierto, de la más sublime poesía. Don Carlos se queda como anonadado; el Rey llega corriendo, y asiste á los últimos instantes de su hijo, á quien llora con ternura paternal á pesar de sus extravíos.
Afectando la más alta corrección, como la de apuesto caballero que asiste y corteja en un baile a gentilísima dama, bromeaba yo con mi tía: Señorita... ¡es usted encantadora! Dígnese usted escucharme. Ya no puedo, ni debo callar.... ¡Amo a usted!... ¡La adoro! La anciana reía, reía a su sabor, y contestaba a mis requiebros con frases entrecortadas, como si fuera presa de profunda emoción.
Dispuestas las listas y acordes todos, se juntan el día de año nuevo, de mañana temprano, y a toque de caja van publicando en las puertas de la casa de cabildo los nombrados, a cuyo acto asiste toda la gente del pueblo, unos por curiosidad, y otros para recibirse de sus empleos, de que al instante toman posesión, sin aguardar la confirmación del gobierno.
¡Lo hace! ¿Piensas que por ser cura, y por invocar leyes divinas, que pierden en vuestros labios su grandeza, te asiste derecho a mantener en continua discordia una casa donde antes jamás se oía una frase más recia que otra? ¿Qué tienen que ver con esto las ideas modernas? ¿Ni qué hay de común entre vosotros, sectarios de una superstición infame, y la doctrina del Mártir que injuríais a cada paso? ¡Quemáis incienso en las iglesias, y propagáis por el mundo la pestilencia de vuestro egoísmo!
También sucede lo mismo con La niña de Plata, comedia casi tan bella como la anterior por el interés que despierta. Dorotea, joven dama tan célebre por sus encantos como por su talento, ve desde un balcón una procesión solemne, á la cual asiste en Sevilla el rey D. Pedro con sus hermanos, y atrae especialmente las miradas de Enrique de Trastamara.
Al aproximarse la cuaresma el indio de Tayabas se prepara á despedirse de comer carne, con las fiestas de lapasan, las que siempre se celebran en las sementeras. Si los que las dan son ricos, asiste la música; si no lo son, la guitarra, las voces y las palmas la sustituyen.
La carne es débil, hijo mío; lo sé por usted, ya que no por experiencia propia. Conozco a los hombres, aunque nunca me han hecho la corte. Pero cuando se asiste al teatro por espacio de cincuenta años se está un poco en el secreto de la comedia. Acuérdese bien de esto: el mejor de los hombres no vale nada. El mejor es usted, se lo concedo.
Palabra del Dia
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