Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de octubre de 2025


Vi asimismo objetos de un orden enteramente distinto, es decir, trajes hermosísimos de mujer, arrojados en desorden por el suelo, y también escofietas, moños, lazos, abanicos, quirotecas, zapatillas de raso y luengos encajes de aquellos finísimos y hereditarios, que eran, como los diamantes, orgullo y riqueza de las familias.

Les aseguro á ustedes que es una lástima que hayan sido arrojados del gobierno mis protectores y no quede allá quien me subvencione para terminar el libro. ¡Un verdadero éxito! Traducido al inglés, se hubiesen vendido centenares de ediciones. ¡Esta gente de Nueva York gusta tanto de libros que la hagan reir!... Pero no se impacienten ustedes.

Cargamentos enteros de negros arrojados al agua para librarse del crucero que le daba caza; los tiburones del Atlántico acudiendo a bandadas, haciendo hervir las olas con su fúnebre coleteo, cubriendo el mar de manchas de sangre, repartiéndose a dentelladas los esclavos, que agitaban con desesperación sus brazos fuera del agua; sublevaciones de tripulación contenidas por él solo a tiros y hachazos; raptos de ciega cólera en los que corría por cubierta como una fiera; hasta se hablaba de cierta mujer que le acompañaba en sus viajes, la cual, desde el puente, fue arrojada al mar por el iracundo capitán después de una disputa por celos.

Lagos artificiales; planos inclinados cubiertos de verde musgo y finísima grama; colinas pobladas de bosquecillos caprichosos; miradores y pabellones de cristal de mil colores, alzándose entre limpios jardines; altos plumajes agua arrojados por cien bocas de bronce, de los estanques circulares, en juego encantador; y allá en los lagos, ó al pié de las colinas, enormes iguanadones y otros animales antediluvianos, audazmente imitados en metal ó piedra; he ahí el vasto y caprichoso conjunto que sirve como de cuadro de relieves al enorme y luminoso palacio que se destaca en la cima de la gran colina, como una mansion encantada, aérea, trasparente y multicolora, construida durante la noche por una legion de hadas, al rayo de la luna, y repleta de perfumes y tesoros, para brillar luego á la luz del sol, cuando la niebla se disipa, con todo el esplendor de una suntuosa maravilla.

Velázquez, que siempre se había mostrado indiferente á estas bullas y se había reído de los burlados, dijo en voz alta y con acento colérico que estaba bien hecho y que fué lástima que el hombre no le hubiese sacado las tripas al galancete. Cuando los culpables fueron arrojados del salón y se restableció la calma, vió entre las máscaras una más alta que le pareció su amante.

En otras armas era más experto: la granada de mano, que le hacía recordar los juegos de pelota de su infancia; la ametralladora, que había manejado como simple sirviente; los explosivos arrojados con honda. Hasta tenía sus habilidades de artillero, pero artillero de trinchera, para cargar morteros de tiro corto y enviar torpedos y proyectiles asfixiantes á la trinchera inmediata.

La lucha fue entonces horrible en toda la nave, y Morsamor, que tanto deseaba laureles incruentos, antes de los laureles tuvo la sangre. Mucha se vertió, aunque la rebelión fue vencida. Con la muerte sofocaron y castigaron Morsamor y Tiburcio aquella rebeldía. Quince cuerpos muertos de sus más valientes compañeros fueron arrojados al mar y pasto de los peces.

Los rabinos ilustres, los filósofos y los doctores musulmanes, arrojados de Andalucía por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida y lograron protección generosa en las cortes de los reyes de Aragón y Castilla. Así, las célebres escuelas de Lucena y de Córdoba vinieron á trasladarse á Barcelona y á Toledo.

Las doncellas moriscas con sus tocas en la cabeza, con sus velos arrojados sobre el hombro, con sus alcandoras pintadas, con sus carcajes de oro al comienzo del borceguí y sus brazaletes de piedras en las manos, ponían el colmo a su aliño con el alheño de los ojos.

Quita a los catedráticos de las Universidades sus rentas; a las escuelas primarias de hombres y de mujeres, las dotaciones cuantiosas que Rivadavia les había asignado; cierra todos los establecimientos filantrópicos; los locos son arrojados a las calles, y los vecinos se encargan de encerrar en sus casas a aquellos peligrosos desgraciados.

Palabra del Dia

pacificadoras

Otros Mirando