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El régimen aristocrático dominó enteramente en Friburgo hasta 1798, época en que la intervencion francesa favoreció la revolucion democrática. Con todo, no se debe tomar á la letra esta calificacion, pues hay bastante diferencia entre el liberalismo ó la democracia relativa de Friburgo y el radicalismo de Ginebra, Vaud, Neuchâtel, etc.

Ciertas cocotas entusiastas, a las que conoció en un viaje a las plazas del Sur de Francia, le habían dado el secreto de mezclas y combinaciones de extraños perfumes; pero ¡aquella esencia de la carta, que era la misma de la persona que la había escrito! ¡aquel olor misterioso, fino e indefinible, que no podía imitarse, que parecía emanar del aristocrático cuerpo, y que él llamaba «olor de señora»!...

Al decir que se veían no quiero significar que los he visto yo mismo; desde luego comprenderéis que los pobres periodistas no entraban en aquel lugar como en el molino. Su intención se limitaba a fomentar un arte eminentemente aristocrático y político. El transcurso de los años es posible que haya hecho cambiar todo esto, porque las aventuras del señorito L'Ambert no datan de la semana pasada.

Fuera de esta malignidad de unos pelos rebeldes, el Marqués es feliz. Tiene la nariz aguileña y larga; lo que es eminentemente aristocrático y le llena de satisfacción. Es aficionado a la historia y se pasa la vida rebuscando las antiguas crónicas.

A veces, cuando la urgencia del asunto lo requería, encendía el gas y seguía en su tarea, sin preocuparse de la hora, ni de la que marcara su estómago, mientras su aristocrático socio faroleaba en Palermo, descuidado.

El tema es difícil, escabroso, complejo, oscuro y hasta un tanto laberíntico. Para exponerlo se requiere proceder con cierto método. ¿Qué es aquí lo aristocrático? Se compone, en primer término, de los apellidos procéricos, de los que figuran en la historia de la independencia nacional.

El mendigo se viste como el lord, con la casaca del conde ó baronet, del banquero ó del ministro, con la diferencia de que los vestidos de estos son brillantes, limpios y magníficos, miéntras que sobre los miembros del obrero enhambrecido ó del indigente que pide limosna están asquerosos y hechos hilachas. El espíritu aristocrático y la vanidad los explican.

Los duques veían en el capellán una figura que, sin salirse de su esfera, contribuía al tinte aristocrático de la casa. La hija, como más joven menos sujeta a preocupaciones, sólo se daba cuenta de que, mozo o viejo, noble o plebeyo, había cerca de un ser respetable por su ministerio y digno de estimación por sus prendas.

Así, al lado del parque aristocrático destinado solo á los placeres campestres, se ve la magnífica huerta de preciosas legumbres y árboles frutales, admirablemente bien conservada y tan limpia como el pavimento de un salon; y el jardin mismo, que parece no ser sino un objeto de recreo, da sus productos á merced de un cuidado singular.

La marquesa había dicho a su médico que probablemente necesitaría tomar, durante el verano que se acercaba, algunas aguas sulfurosas y quizás también algunos baños de mar; pero «caserito todo ello, y a lo pobre». Quería dar a entender que en puntos de poco ruido aristocrático y en España.